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Premier League: más clubes podrían perder puntos por incumplir las reglas financieras

Si uno echa un vistazo a la clasificación que figura en la web oficial de la Premier League, verá al final de la tabla un asterisco con un texto que informa de que el Everton aparece con seis puntos menos de los que le corresponderían en condiciones normales. ¿El motivo? Haber infringido las Reglas de Rentabilidad y Sostenibilidad (PRS) de la competición.

Y, si acude a la clasificación de la English Football League (EFL), es decir, la segunda división inglesa, comprobará que hay dos asteriscos parecidos. En este caso, informan de que Wigan Athletic y Reading tienen ocho y seis puntos menos, respectivamente, por incumplimiento de las normas de la misma naturaleza por las que se rige la EFL.

Esta forzosa “innovación” a la hora de reflejar las posiciones de los clubes en las tablas clasificatorias de ambas competiciones ha llevado a que The Telegraph haya pronosticado que, si se cumplen los peores presagios, la Premier podría convertirse de aquí a poco en la “Liga de los asteriscos”.

Una larga lista de equipos amenazados en Premier

Los presagios en cuestión apuntan a que es muy posible que la sanción aplicada al Everton se vea seguida por las que podrían sufrir bastantes equipos más.

La lista es larga, pues estarían potencialmente afectados hasta la mitad de los clubes de la Premier; a saber: Nottingham Forest, Chelsea, Burnley, Sheffield United, Brentford, Bournemouth, Crystal Palace, Luton Town… y, last but not least, Manchester City.

En efecto, el equipo de Guardiola tendrá que afrontar un juicio a final de este año, acusado de haber infringido nada menos que en 115 ocasiones, entre 2009 y 2018, las reglas de fair play financiero de la Premier.

¿Debería preocuparse el Manchester City por la sanción al Everton?

El Forest, en riesgo inminente

Pero mucho antes de final de año se sabrá la suerte del Forest. El club será sometido a una audiencia la semana que viene por haber superado la cantidad tope de pérdidas que tenía autorizada en su caso; y que es solo de 72 millones de euros —menos que otros equipos de la competición— porque ascendió a la Premier en mayo de 2022.

Y se la juega: está solo cuarto puntos por encima del primer puesto que conduce al descenso de categoría. Así pues, una pérdida de puntos, a estas alturas de la temporada, le podría ser fatal.

El club aducirá probablemente en la audiencia que tal incumplimiento es únicamente contable y no real, porque sus pérdidas no superarían ese importe si se tuviera en cuenta que el año pasado traspasó a su delantero Brennan Johnson al Tottenham Hotspur por 55 millones de euros. Pero, vaya por Dios, la venta se formalizó el 1 de septiembre, es decir, varias semanas más tarde de la fecha final establecida para que los clubes presentaran sus contabilidades en orden.

Premier

Brennan Johnson, con el Tottenham.

Cierto —admitirá el club—, pero gracias a ese retraso logró ingresar unos 15 millones de euros más de lo que los Spurs habían ofrecido inicialmente, por lo que se trataría solo de un incumplimiento formal que habría salido rentable. Nada más.

Empresas de otro mundo

¿”Nada más”? Quizá alguien le recuerde en tal caso al Forest que el mundo económico está plagado de notables y numerosas sanciones a empresas de todo tipo por incumplimientos “solo” contables o aparentemente “formales”.

El grueso de las acusaciones al City, sin ir más lejos, son por no haber facilitado información financiera rigurosa. Algo que, mira por dónde, los reguladores no consideran que sea precisamente un tema menor.

Y es que, muchas veces, los clubes de fútbol parecen estar convencidos —entre la ingenuidad y el descaro— de que, aunque son empresas, tienen derecho a ser considerados como entes de un mundo aparte, en el que el cumplimiento de las normas empresariales no es exigible.

Por ejemplo, en relación con el Everton, se ha argumentado que este club había sobrepasado en 25 millones sobre su cifra tope de pérdidas porque, en definitiva, estaba construyendo un nuevo estadio y eso lo justifica todo.

La entidad ha sacado pecho, además, porque el tribunal de apelación le ha rebajado la sanción de diez a seis puntos. Sin embargo, parece olvidar que este le ha subrayado en su resolución que «no gestionó sus finanzas con la prudencia con la que debería haberlo hecho» y que ignoró las advertencias que recibió al respecto “durante muchos meses”.

Por cierto, el club tiene pendiente la decisión sobre otra posible infracción de las normas PRS, de modo que esa rebaja de la sanción podría ser únicamente transitoria.

Chelsea: vender para fichar… o para no perder puntos

El caso del Chelsea no es tan dramático como los del Foresto o Everton, porque no está amenazado de descenso. Pero sí de ridículo deportivo.

Desde que Behdad Eghbali y Todd Boehly se hicieron con la propiedad de la entidad, allá por mayo de 2022, tras la forzada salida del ruso Roman Abramovich a causa de la invasión de Ucrania, el club se ha gastado 1.150 millones de euros en fichajes, exclusivamente compensados por unos ingresos de algo más de 450 millones en traspasos.

Es decir, un agujero de 700 millones… para acumular fracasos deportivos una y otra vez. El último, perder ante el Liverpool el pasado domingo la final de la Copa de la Liga.

Pero no acaban aquí los problemas que le aquejan. Algunas fuentes apuntan a que sus dos grandes propietarios tendrán que recaudar urgentemente cerca de 120 millones de euros antes de finales de junio para no sufrir una pérdida de puntos al estilo de lo que le ha pasado al Everton y, quizá, le pase al Forest.

Premier Ian Maatsen Chelsea

Ian Maatsen, ahora en el Borussia Dortmund, con el Chelsea.

El club dice que no hay problemas, que todos son rumores interesados de sus rivales y que no tendrá apuros, porque espera hacer caja suficiente con el traspaso de tres jugadores actualmente cedidos: Lukaku a la Roma, Maatsen al Borussia Dortmund y Lewis Hall (este, prácticamente seguro) al Newcastle. Y que, si vende a alguno más (Trevoh Chalobah, Armando Broja, Conor Gallagher o nuestro compatriota Marc Cucurella suenan fuerte), será para hacer nuevos fichajes.

O sea, que al final será que sí: para cumplir las normas PRS y hacer, en su caso, nuevos fichajes, tendrá que vender.

La transparencia, para otros

No faltan quienes sostienen que, con las actuales normas PRS, la Premier ha hecho un pan con unas tortas, por decirlo educadamente.

De hecho, parece que las reglas serán reformadas de cara a la temporada que viene; especialmente para evitar que se tengan que adoptar, dentro de la propia temporada, decisiones drásticas que alteran notablemente la marcha de la competición. Y quizá también para deslindar con más finura lo que son problemas contables —en cualquier caso, sancionables— de lo que son auténticos problemas financieros.

Sin embargo, esta hipotética revisión pierde bastante legitimidad cuando tropieza con la persistente falta de transparencia que siguen manteniendo algunos clubes. Una actitud que llega en algunos ocasiones a lo intolerable o lo ridículo.

Hace poco, Richard Masters, director ejecutivo de la Premier, compareció ante un muy respetable Comité del Ministerio de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte del Reino Unido.

Pues bien, tuvo que admitir en la reunión que, aunque sabía la fecha exacta en la que se llevará cabo la vista de los 115 cargos imputados al Manchester City, no podía comunicarla… porque el club ha exigido que se mantenga en secreto.

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