Después de una pequeña resurrección futbolística que mantiene la esperanza de levantar un título en Barcelona, volvió el 1-0 al luminoso de Montjuic. Uno de tantos, aunque esta vez con un guion de partido diferente. Las Palmas se mostró fiel a su libro de estilo, como de costumbre, pero pagó cara la tempranera expulsión de Álvaro Valles. Pese a que la UD resistió 35 minutos el empate a cero con diez jugadores, finalmente Raphinha, con su gol más característico, el quinto en esta liga, decantó la balanza a favor de un Barça que generó lo suficiente como para ganar el partido y dormir segundo, a solo cinco puntos del Real Madrid, con un partido más.
😋 Un duelo abierto de inicio
Para sorpresa de nadie, el partido que cerraba esta jornada sabatina tuvo alternancia en las posesiones y ocasiones para ambos bandos. El enfrentamiento entre dos conjuntos con filosofía común fue igualado en el arranque y las defensas adelantadas desembocaron en un choque de ida y vuelta, con muchos pases verticales en busca de la profundidad, a la espalda de la defensa. Precisamente, la clave del partido de la primera vuelta, día en el que el Barça sufrió de lo lindo, pero sacó adelante los tres puntos. Las Palmas tropezó dos veces con la misma piedra, dentro de que también intimidó la meta defendida por Ter Stegen. Sandro Ramírez tuvo la primera ocasión manifiesta, poco antes de la expulsión. Esta vez la ley del ex no surtió efecto.
La verticalidad ofensiva le volvió a funcionar al Barça, con los envíos largos de Pau Cubarsí y los pases tensos para progresar de Sergi Roberto como principal novedad en el mediocentro, y Gündoğan y Fermín López escalonados por delante. Acompañó Robert Lewandowski, rejuvenecido con la entrada de la primavera en sus apoyos, y fue especialmente dañino Raphinha con sus desmarques al espacio marca de la casa desde el extremo izquierdo, con tendencia interior mientras Cancelo daba la amplitud. De hecho, el Barça respondió a la de Sandro con el gol del brasileño, asistido por el polaco, pero fue anulado por fuera de juego. Y a la segunda fue a la vencida, no para deshacer las tablas, pero sí la igualdad numérica. A Álvaro Valles, héroe en tantas ocasiones, esta vez le tocó ser villano tras una salida a destiempo en la que arrolló a ‘Rapha’ en el mano a mano.
👍 El Barça maduró el partido y obtuvo premio
A partir de entonces, Las Palmas cambió el chip y le cedió la iniciativa a los locales, aunque tampoco se hundió en su propia área, ni renunció a juntar pases más pensados en descansar que en amenazar a Marc-André ter Stegen. García Pimienta modificó su 1-4-3-3 prototípico por el 1-5-3-1, con Sandro como islote arriba y Marvin Park reconvertido a lateral. El sacrificado para dar entrada a Aarón Escandell bajo palos fue Munir El Haddadi, lo que redujo las posibilidades del conjunto canario al contraataque. Aun así, Saúl Coco estuvo cerca de adelantar al cuadro pío pío, con un misil de libre directo que besó la red por fuera.
João Félix volvió a ser decisivo por segunda jornada consecutiva, tras su gol al Atlético de Madrid antes del parón de selecciones.
Antes del descanso, el Barça también pudo reducir distancias por medio de Robert Lewandowski y su cabezazo al travesaño, así como con el impreciso remate de un Raphinha que estaba en casi todas las acciones de peligro. Ambas, asistidas por Cancelo, el faro ofensivo desde el flanco izquierdo, a pierna cambiada, lo que no limitó su participación a trazar centros laterales cerrados desde el pico del área, también fue una vía de desequilibrio al ganar línea de fondo. Tras la reanudación, el Barça mantuvo su consigna de abrir balones a las bandas para hacer ancho el campo y buscar centros rasos para la llegada de los centrocampistas desde segunda línea, o picados a la espalda de una defensa que seguía sin hundirse. Fermín tuvo la suya con la primera fórmula, pero fue de nuevo João Félix quien salió decidido a influir en el resultado con un pase inspirado en Bernardo Silva. ¿Quién dijo que los parones de selecciones no servían para nada?
Una vez por detrás en el marcador, Las Palmas se quitó las cadenas, fue a por el empate y Moleiro lo tuvo en su botín izquierdo, otro revulsivo que salió con ganas de acaparar portadas. También hubo tiempo para que Cubarsí cometiese su primer error grave en una mala entrega de cabeza a Ter Stegen, en la acción previa al 1-0, y para que Ferrán Torres reapareciese tras la lesión de rodilla que le ha tenido dos meses en el dique seco. No fue el mejor cierre de partido para un Barça falto de control y de acierto de cara a puerta, uno de los grandes debes en la era Xavi Hernández. Pero tampoco desaprovechó la oportunidad para meterle presión a un Real Madrid que mañana recibe al Athletic Club, quién sabe si en el partido que abrirá la lucha por el campeonato muchas jornadas después.
