Un parche es un parche. Y si no es consistente, los problemas salen a la luz. El Real Madrid perdió la oportunidad ante el Atlético de dar el primer golpe a la liga, tras el empate del Girona contra la Real Sociedad. El cuarto derbi de la temporada, que nada tuvo que ver con los anteriores, empezó con confusión. Vinícius causó baja mientras calentaba y Brahim fue titular por sorpresa. Eso descolocó a los rojiblancos, que encima tuvieron que soportar la brillantez del malagueño con caños, jugadas fantásticas y con el primer gol del duelo. Los blancos dominaron el encuentro, pero no se lo terminaron de creer.
Cuando parecía que el Madrid tiene soluciones mágicas para todo, Ancelotti prefirió el control a la acción y el Atlético llegó vivo al final del encuentro. En ese momento el remiendo se cayó. Nacho y Carvajal, que jugó su partido 400 de blanco de central, no se entendieron en el momento de despejar un balón dentro del área y Marcos Llorente dinamitó el partido con un cabezazo en el minuto 92. Un ex de la casa blanca dejó helada a la parroquia madridista y evitó que el Madrid se escapara en la cabeza de la liga. El Atlético sigue molestando a los blancos, nada nuevo este curso, y deja la competición como estaba. Los de Ancelotti siguen dos puntos por encima del Girona.
⭐ Brahim, de suplente a protagonista inesperado
El inicio fue a accidentado para el Madrid. Rüdiger se caía de la convocatoria y Vinícius tuvo que retirarse del calentamiento por un problema en las cervicales. Ante la baja por sanción de Tchouaméni, Ancelotti hizo lo que pudo colocando a Carvajal de central y Brahim, que se enteró de su titularidad en el propio vestuario antes de saltar al césped, entró para reforzar el centro del campo cuando se esperaba la titularidad de Joselu. El italiano quiso mandar y protegerse con Valverde, Camavinga y Kroos y con Bellingham, Brahim y Rodrygo flotando en la zona de ataque.
Los blancos dominaron el juego y estuvieron acertados para encontrar a Bellingham y Kroos, los dos mejores generadores del equipo. Se notó que era la cuarta vez esta temporada que se enfrentaban. Rodrygo y Bellingham estuvieron atentos a las subidas de Llorente y Riquelme. Precisamente, desde los carrileros, el Atlético sorprendió al Madrid en los encuentros previos. Avisaron los dos equipos antes de cumplirse los primeros diez minutos con disparos de Brahim y Morata. Oblak y Lunin, respectivamente, pararon con seguridad.
El Madrid movía de izquierda a derecha y se filtraba entre la defensa colchonera con la explosividad de Brahim y las subidas por la el sector diestro de Rodrygo y Lucas Vázquez. Mientras tanto, el Atlético atacó el punto más débil de los de Ancelotti en el encuentro: el juego aéreo. La falta de altura fue patente en la zaga por la ausencia de Rüdiger y la inclusión de Carvajal en sustitución. Witsel, Savić y Saúl conectaron de cabeza, pero no pudieron batir la meta de Lunin. Sin embargo, el Madrid sí encontró oro en su primer remate a portería. La bondad de Riquelme, Saúl y Koke en el rechace se tradujo en una sucesión de segundas acciones para el Madrid, que penetró hasta el área pequeña rojiblanca con Lucas y Brahim. El ’21’ madridista acabó por fusilar a Oblak para poner por delante a los locales.
El exjugador del Milan estuvo especialmente motivado. Su electricidad es distinta a los demás y en su chistera solo hay hueco para jugadas fantásticas. Ante la ausencia de Vinícius, el Madrid atacó más por la derecha. Hasta en 11 ocasiones desbordó por la zona diestra el equipo de Ancelotti en el primer tiempo, por solo una desde la izquierda. Sin embargo, la sensación fue que el Madrid tuvo más pegada y control que el Atleti, aunque los colchoneros generaron peligro con suma facilidad.
🥶 El Madrid no se lo cree y Llorente deja helado al Bernabéu
El segundo acto empezó con polémica. Savić empató el encuentro, tras rematar un saque de esquina en el primer palo. No obstante, el árbitro anuló el tanto por fuera de juego de Saúl que, adelantado, pugnaba para molestar a Lunin. En el VAR entendieron que el colchonero importunó lo suficiente al guardameta ucraniano hasta el punto de influir directamente en la jugada. Le sentó fatal la decisión al Atlético, que se echó atrás y se desconectó unos minutos del duelo. Por contra, los blancos reclamaron penalti sobre Bellingham y Lucas. Todo quedó en nada.
Brahim celebra su gol ante el Atlético de Madrid.
El Madrid propuso y el equipo del ‘Cholo’ Simeone se vio obligado a arriesgar, dejando espacios que aprovecharon Valverde para correr y Brahim para inventar. El menudo centrocampista blanco estuvo a punto de anotar uno de los goles de la liga en una jugada solitaria en la que le tiró un caño a Hermoso y recortó a tres mil revoluciones a Witsel dentro del área. Solo le falto definir, ya que su disparo colocado se fue fuera por centímetros.
Y para disparo el que se dio Ancelotti en el pie cambiando al propio Brahim y Rodrygo con 14 minutos por delante para acabar el choque. El italiano, que hizo entrar a Modrić y Ceballos, intentó controlar y dormir el partido con el marcador a favor, pero se encontró con un descontrol que aprovechó el Atlético para venirse arriba. Avisó Griezmann con un taconazo tras un pase de Correa que detuvo atento Lunin. El Madrid comenzó a achicar agua ante las llegadas rojiblancas. Fue le preludio del silencio que llegó después.
Un excanterano de Valdebebas como Marcos Llorente aprovechó la indecisión de Nacho y Carvajal para despejar un toque de Memphis dentro del área y remató con la cabeza al fondo de la red. El Bernabéu, que ya se veía cuatro puntos por encima del Girona, se quedó congelado. Un gol doloroso. El Atlético volvió a fastidiar al Madrid. Algo que, últimamente, se la da muy bien. El empate sigue dejando al Madrid líder, pero a dos puntos de los gerundenses, que visitarán el próximo sábado el estadio madridista en un partido clave para la resolución del torneo.
