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Segunda división

El Racing de Santander atisba el fin a una década en el infierno

El Racing de Santander, un histórico del fútbol español, atraviesa su mejor momento en la última década. No solo en lo deportivo, también en el ámbito social. Han sido diez años convulsos en los que ha cosechado varias de las temporadas más dramáticas de sus 110 años de historia. Sin embargo, estos dos últimos la situación ha cambiado y, tras varios momentos tensos que amenazaron con la desaparición del club, hay por fin una comunión entre equipo, directiva y afición como no se recordaba desde tiempos pretéritos.

👎 Dos descensos consecutivos

La crisis del Racing comenzó en la temporada 2011/2012, que terminaría con el primero de sus descensos. Desde 2002 se había mantenido en la máxima categoría del fútbol nacional, pero una pésima gestión institucional, con las cuentas muy poco saneadas, hizo que el cuadro cántabro tuviera serios problemas para confeccionar una plantilla competitiva para afrontar las exigencias de la élite. Héctor Cúper, el mítico entrenador argentino, apenas duró una cuarta parte de la temporada y dimitió a raíz de los malos resultados. Fue el triunvirato de técnicos conformado por Fede Castaños, Juanjo González y Pablo Pinillos el que hizo creer en la salvación en el tramo central del curso y hasta se vio al Racing fuera de los puestos de descenso, pero aquello no fue más que un espejismo y se cayó como un castillo de naipes en la segunda vuelta. No ganó ni un solo partido en ese tramo, de hecho.

La Segunda división, escaparate mundial para los cedidos

A la desesperada, el Racing apostó fuerte, cláusula de rescisión mediante, por un joven Álvaro Cervera que tampoco funcionó pese a sus buenas prestaciones en el Recreativo de Huelva. La 2011/2012 terminó con los peores números en la historia de El Sardinero, de siete derrotas consecutivas. Crónica de una muerte anunciada. Como no podía ser de otra forma, rodaron cabezas en distintos estamentos del equipo, desde el mismo Francisco Pernía, que se vio forzado a dimitir como presidente. Aunque, en la práctica, “todo el mundo sabía que seguía dirigiendo al club en la sombra. Ángel Larin no era más que una tapadera que, además, transmitía muy poco por su forma de comunicar y que daba la sensación de no saber muy bien de qué iba el Racing”, argumenta Fernando Tejerina, periodista que sigue de cerca la actualidad del Racing y que nos ilustra en esta retrospección.

Tras el descenso, se contrató a Juan Carlos Unzué para la parte técnica, pero a una semana de comenzar el curso, el Racing decidió prescindir de sus servicios de una forma muy sorprendente. La inestabilidad seguía in crescendo. Otros cuatro entrenadores se pusieron a los mandos del conjunto de Santander a lo largo de esa 2012/2013, para aumentar la falta de identidad evidente en todos los aspectos. La más grave, en el apartado de los fichajes, “más pensados en las comisiones, que en construir una plantilla apta para luchar por el ascenso”, apunta Fernando. Ese fue el caldo de cultivo del segundo descenso consecutivo del Racing en apenas dos años. Tras 23 temporadas sin pisar la división de bronce, volvió a su suelo, con un riesgo importante de desaparición del club.

🏆 Una reivindicativa Copa del Rey en mitad del caos

Por estatus y tradición, al Racing no le quedaba otra que levantarse para revertir el peor momento de su historia y convivir con la presión de una afición frustrada, cuyas exigencias no eran otras que conseguir el ascenso. Uno que no tardaría en llegar, pero sí en consolidarse. Sucedió en el primer año en la Segunda División B, tras una lucha a cuatro bandas con el Oviedo, Racing de Ferrol y Guijuelo. El equipo estuvo el grueso de la 2013/2014 en la parte alta, a pesar de que institucionalmente la situación seguía a la deriva y eso se traducía en jugadores que no estaban al corriente de pago.

Estos aprovecharon una ocasión que ni pintada para reclamar sus derechos y amenazaron con no presentarse al partido de Copa del Rey contra la Real Sociedad, en la vuelta de la ronda de los cuartos de final, tras remontarle la eliminatoria de dieciseisavos al Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán. Iba camino de ser un cuento de hadas, como el del icónico Mirandés, pero ese día, la tensión saltó por los aires y los futbolistas hicieron un corrillo nada más producirse el pitido inicial. Decidieron no jugar, lo que no fue más que un motivo de máximo orgullo para la afición. Todo ello, después de que, en octavos, mientras el Racing ganaba a otro equipo de primera división como el Almería, algunos aficionados asaltaron el palco para pedir la dimisión de la directiva. Otro logro de la afición cántabra. Para Fernando, ese fue «el principio de la reconstrucción».

Racing de Santander

El Racing de Santander tiró la Copa del Rey, pero no la temporada. El objetivo principal era el ascenso y, pese a las múltiples bajas en el tramo final del curso, consiguió retornar a la categoría de plata. Por poco tiempo, en todo caso, ya que la 2014/2015, nada más ascender, volvió a perder la categoría. La penosa gestión heredada fue una losa demasiado pesada. Contaba con uno de los límites salariales más limitados de la categoría y, para colmo, la lesión del ligamento cruzado anterior de Mamadou Koné, su goleador, imposibilitó la continuidad en la segunda división. Un descenso que se produjo en el último minuto de la última jornada, de la manera más cruel posible. Debía ganar en Albacete y que Osasuna perdiera en Sabadell. La primera premisa se cumplió y cuando parecía que la combinación iba a salvar al Racing, con los navarros cayendo 0-2, llegó el empate en El Sadar.

🌪️ Las arenas movedizas de Segunda B

Fueron cuatro años en la tercera división esta vez, entre 2015 y 2019, algo inédito en la historia del club. La 2015/2016 estuvieron a rebufo del Racing de Ferrol toda la temporada, pero el fútbol les debía una y en la última fecha se pusieron por primera vez en cabeza para conseguir su billete a los playoff de ascenso. Insuficiente, porque el Reus les vapuleó con un contundente 4-0 en el global. Tuvieron una segunda oportunidad frente al Cádiz en la repesca, pero los andaluces también ganaron los dos partidos y terminaron con el objetivo de un Racing que volvía a morir en la orilla. La historia de nunca acabar.

La misma película que en la 2016/2017, cuando la disputa en la parte alta fue contra la Cultural Leonesa y Celta B de un Borja Iglesias que comenzaba a despuntar. Terminó segundo esta vez, por lo que necesitaba ganar tres eliminatorias para ascender. Pudo eliminar primeramente al Rayo Majadahonda y, a continuación, llegó una de las machadas más recordadas, ante el Villanovense. Del 2-0 en la ida, pasamos al 4-0 en la vuelta. “El Sardinero parecía que se iba a caer ese día”, cuenta Fernando Tejerina. ¿El final de aquella temporada? Amargo, una vez más. No hay dos sin tres. Cayó contra el Barça B, por un global de 1-4 que fue el resultado del partido de ida. La vuelta no tuvo ningún misterio, el Racing ya había gastado toda la épica en la ronda anterior.

Para más inri, la situación era bastante crítica porque el gobierno regional, encabezado por Miguel Ángel Revilla, acordó un convenio para darle viabilidad al proyecto, algo que no sucedió finalmente. De nuevo, el Racing estuvo amenazado con la disolución en ese momento. Apareció entonces el Grupo PITMA al rescate, con Manolo Higuera entre sus principales cabezas visibles, el actual presidente de la entidad en su segundo mandato. La inestabilidad se tradujo en lo deportivo y el Racing firmó la peor temporada de su historia, la 2017/2018, en la que se quedó lejos de entrar en el playoff de ascenso. Ahí tocaron fondo.

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A la cuarta fue a la vencida y en la 2018/2019, el Racing logró salir del pozo, con el ‘Chuti’ Molina como uno de los principales valedores. El director deportivo, soberbio y eficaz a partes iguales, construyó un equipo capacitado para abandonar la tercera división de una vez por todas. ¿Su lema? «Somos el Racing, tenemos dinero, somos caprichosos y nos gusta lo bueno». Ya advertíamos de su falta de humildad en las declaraciones. Pero, como tenía uno de los presupuestos más altos de toda la Segunda División B, el Racing pudo invertir y arrasó en la temporada regular. Curiosamente, no ganó en los últimos dos meses, pero tenía ya el colchón necesario para llegar al playoff. Con el Atlético Baleares como adversario, se vio una eliminatoria muy disputada y gracias al valor doble de los goles marcados fuera de casa (0-0 y 1-1), el Racing al fin lo logró.

Bajo los efectos de la euforia, Alfredo Pérez, presidente en 2019, alardeó con volver a Primera, a lo Vicente Boluda. Y, a su manera, el Racing lo consiguió. Volvió… a Primera RFEF, el nuevo nombre de la extinta Segunda División B. Subir era un oasis, pero los cántabros se hicieron expertos en descensos durante esta última década. La 2019/2020 fue la peor temporada profesional (en las dos primeras categorías) del Racing, que terminó con 33 puntos en la temporada marcada por la pandemia. El margen salarial, que fue meses atrás uno de los más altos de la división de bronce, era de nuevo uno de los más limitados de la de plata. Como el que está a medio camino entre dos tallas. En ese escenario, ‘Chuti’ no acertó con su apuesta por los veteranos, como David Rodríguez (cuarto máximo goleador histórico de Segunda División), Dani Toribio o Alexis Ruano, entre otras pedradas que salieron mal.

🪜 El ascenso definitivo del Racing

Nuevamente, al Racing le tocaba pelear por no superar sus ridículos más recientes, que no eran pocos. Salvó los muebles en la 2020/2021, cerca del descenso a cuarta división para el desespero de El Sardinero. Los cambios en la estructura deportiva fueron inevitables y los artífices del último ascenso salieron por patas. Todo cambió al año siguiente, con un lavado de cara, en la 2021/2022, que sirvió no solo para regresar a Segunda, sino también para mantenerse, que es lo que había faltado dos años antes.

El Deportivo de La Coruña era el gran favorito, otro histórico que lleva años en las catacumbas del fútbol nacional español. Y el partido de la segunda vuelta entre ambos fue clave porque, dada la atípica situación de la pandemia, el duelo se aplazó por los positivos de Patrick Soko e Íñigo Sainz-Maza. Los gallegos se quejaron porque solo eran dos jugadores los que contrajeron la COVID-19, pero el protocolo era concluyente. El encuentro se jugaría semanas después y el destino, caprichoso a más no poder, quiso que lo ganase (0-1) el Racing de Santander, con un solitario gol de Íñigo Sainz-Maza, asistido por Patrick Soko. Fue un punto de inflexión, que se tradujo en una crisis para el ‘Depor’, a la vez que los cántabros sumaron ocho victorias consecutivas. Pablo Torre fue el nombre propio del ascenso definitivo a la segunda división, antes de marcharse por algo más de 5 millones de euros al Barça. Le duró poco la ilusión al Racing con su nuevo chico maravilla.

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La estabilidad se hizo de rogar, pero se logró a raíz de este ascenso en 2022. En parte gracias a Mikel Martija, su director deportivo, que fue mano derecha de Fran Garagarza en el Eibar durante siete años. Guillermo Fernández Romo, el entrenador con el que certificaron su regreso al segundo escalón del fútbol español, continuó como técnico y las atinada apuesta de Martija, que mezcló sabia nueva y veteranía, con nombres como los de Dani Fernández, Juergen Elitim, Germán Sánchez, Jorge Pombo, Jordi Mboula o Iñigo Vicente, salió a pedir de boca. Sobre todo, este último, que se ha convertido en el goleador del Racing hasta el día de hoy.

No obstante, la temporada 2021/2022 empezó mal, recordando fantasmas del pasado, pero revirtió el vuelo de la mano de un nuevo técnico. De José Alberto López, que se mantiene en la actualidad gracias a las prestaciones ofrecidas el pasado curso, en el que se salvó al final de manera holgada. Donde sí ha habido cambios recientes ha sido en el apartado presidencial. El Grupo PITMA, clave para sostener al Racing en su peor momento, vendió sus acciones a Sebman Sports International y Manolo Higuera volvió como presidente.

El Cartagena, en pie de guerra contra el descenso y el descuento

A diferencia de las temporadas recientes, esta dirección deportiva ha construido el equipo a base de fichajes más enfocados en la calidad que en la cantidad, entre los que destacan algunos con experiencia en la élite como Lago Junior o Clement Grenier, pesos pesados de un club que, por primera vez en diez años, se encuentra más cerca de retornar a la élite que de caer nuevamente a la tercera división. “Yo mantengo la versión institucional, de que hay que conseguir 50 puntos y después ya veremos. La clave está en lograr la ansiada estabilidad. Soy de los que piensa que el crecimiento debe ser progresivo, porque los que crecen de manera abrupta, luego también suelen pagar las consecuencias negativas con la misma magnitud” añade Fernando Tejerina, ilusionado con el presente del Racing.

Nos cuenta también que en El Sardinero han abrazado el meme de la 45 (temporada en primera división), como el 33 de Fernando Alonso. Sus principales escollos para conseguirlo parecen los recientemente descendidos Espanyol, Elche y Valladolid; dos históricos de la talla de Tenerife y Zaragoza, el líder Leganés, Sporting y Oviedo con propietarios que añaden bastante músculo económico en Asturias, o el propio Racing de Ferrol, revelación de la temporada. Todo ello, sin descartar a Eibar o Levante, otros dos proyectos con ganas de reivindicarse en un curso que promete emoción hasta el final, con una decena de equipos implicados en la pugna.

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