Bronny James, hijo de LeBron James, anunció que se presentará al draft de la NBA 2024, mientras a su vez mantiene la elegibilidad universitaria y entra al portal de transferencias de la NCAA para tener la posibilidad de cambiar de equipo. Esta decisión no está exenta de críticas: primero, por parte de los especialistas todólogos que le han tachado de ser muy malo debido a sus bajas estadísticas; después, han aparecido los que han atacado directamente a LeBron y le han acusado de forzar a Bronny a presentarse sin estar listo, solo para cumplir el sueño de ambos de jugar juntos en la mejor liga del planeta.
Las dificultades universitarias de Bronny James
La primera temporada de Bronny en la NCAA comenzó con un grave problema de salud, pues sufrió un paro cardiaco que le mantuvo cuatro meses apartado de las pistas. Tras regresar a las canchas, el base/escolta de Cleveland promedió 4,8 puntos; 2,8 rebotes; y 2,1 asistencias como freshman, con apariciones esporádicas desde el banquillo. ¿Son números pobres? Sí. Algo normal, después del impacto sufrido y en una universidad como USC, que ha hecho una campaña paupérrima, de que no terminaran de darle la oportunidad.
Los argumentos a favor de que debería permanecer en la liga universitaria son sólidos. Allí, supuestamente, deberían tener más paciencia para cuidar la evolución de Bronny. Hay ejemplos de jugadores que han sido importantes, incluso superestrellas NBA que tuvieron años muy malos como freshman, que decidieron aguantar hasta que, en su segundo, tercer o cuarto curso, estuvieron preparados para dar el salto, como Russell Westbrook, Jimmy Butler o Buddy Hield.
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No obstante, al contrario de lo que la mayoría piensa, también hay motivos suficientes para pensar que es buen momento para que Bronny aterrice en la mejor liga del mundo. Lo más probable es que no continúe en USC con los Trojans, por lo que un cambio de universidad, si fuese dentro de la misma conferencia, supondría sentarse un año en la grada sin jugar por las normas de la NCAA, algo que imposibilitaría en gran medida el sueño de coincidir en la NBA con su padre, al que, a lo sumo, parece que le restan un par de campañas.
LeBron James, en el pódcast Mind the Game que protagoniza junto a J.J. Reddick, criticó duramente la NCAA, que tachó de infumable. ‘El Rey’, en un programa creado para hablar de cuestiones tácticas, ajeno al amarillismo, comentó que se le hace muy duro seguir los partidos universitarios, ya que el nivel ha caído mucho en los últimos años. De ahí que no son tantas las superestrellas que llegan a la NBA desde los últimos drafts. Quizá Paolo Banchero sea el último gran representante de una superestrella que tiene impacto inmediato en la NBA recién llegado desde el baloncesto universitario. El nivel es más bajo y el conocimiento del juego es escaso, todo en palabras de LeBron James.
De hecho, antes del problema cardiaco de Bronny, los expertos le colocaban dentro del top 10 de este draft de 2024. No tiene mucho sentido que a día de hoy haya empeorado tanto como para no verle ni siquiera dentro de la selección. Si juntamos estos factores, a sabiendas de que LeBron James se saldrá de su contrato para jugar junto a Bronny, tiene mucha lógica que dé el salto a la NBA cuanto antes.
Bronny necesita tiempo, sea en la NBA o en la NCAA. Y, seguramente, la mejor decisión sea pasarlo junto a su padre. Que uno de los mejores deportistas de la historia se encargue personalmente de tu desarrollo no es baladí. Otro tema será determinar qué franquicia NBA se arriesgará a elegirle, a sabiendas de lo que esa elección conlleva. En la NBA tendrán que mostrar paciencia con Bronny, situación no muy diferente a la que se daría en NCAA. De hecho, siempre será mejor que se rodee cuanto antes de un entorno lo más profesional posible.
Bronny James es, sin dudarlo, un proyecto de NBA. Tiene algunas cosas de su padre, pues es un proyecto de defensor top y entiende el juego gracias a un nivel de basketball IQ altísimo. Es un escolta que por físico, tamaño y atletismo puede defender a los mejores de la liga, útil para crear ventajas con el pase o en transición ofensiva con sus potentes penetraciones, además de un buen reboteador de balones que salen lejanos del aro.
Por supuesto, tiene mucho que mejorar en ataque. Apenas es consistente en su tiro de tres y, del mismo modo, su manejo de balón tampoco es excelente. Los expertos universitarios piensan que ni siquiera será un jugador estrella en la NCAA hasta dentro de dos años, pero esa espera será más corta y fructífera si ocurre en la NBA junto a su padre.