Anthony Edwards
NBA

La dura infancia que transformó a Anthony Edwards: los orígenes de ‘Ant-Man’

Minnesota Timberwolves gobierna la Conferencia Oeste. La franquicia de Minneapolis presenta el segundo mejor balance de la NBA tras Boston Celtics y va camino de cosechar su tercera temporada consecutiva con balance positivo. Aunque no parezca un hito especialmente importante, para la franquicia más perdedora —lo dicen las estadísticas— de la historia de la mejor liga del mundo, es un enorme paso adelante. Y el principal responsable es Anthony Edwards.

Los wolves tan solo pudieron alcanzar un balance positivo en 10 de las 34 campañas que han jugado desde su fundación. Un desastre de equipo que solo pudo liderar la Conferencia Oeste en la temporada 2003/2004 cuando Kevin Garnett era la estrella en el Target Center. Ese relato viró por completo durante la noche del draft de 2020 cuando seleccionaron con la primera posición del certamen a ‘Ant-Man‘.

Anthony Edwards ha puesto nuevamente a Minnesota en el mapa, pero para llegar hasta esta situación, el escolta de los Timberwolves tuvo que luchar por superar sus años de instituto sin su madre y su abuela. Una dura infancia en la que además tuvo que resignarse y abandonar su sueño de llegar a la NFL para ser jugador profesional de un deporte que no le apasionaba como el baloncesto. Una percepción que ha terminado de cambiar por completo tras representar a su país en el Mundial de Filipinas durante el verano de 2023.

 

​🐜 ​Obligado a madurar a martillazos

Anthony Edwards es uno de los jugadores más divertidos de la NBA, y no solo de ver. Su forma de jugar al baloncesto es exquisita, sí, aunque también lo es en las ruedas de prensa. Siempre bromea, se ríe con los compañeros y periodistas y esto le viene de su época en el instituto. Para escapar de sus momentos más oscuros Edwards se refugió en ser el más bromista de Atlanta.

Normalmente ese tipo de actitud desenfadada se asocia con personas poco maduras, sin embargo, en Edwards ocurre lo contrario. En 2015, cuando tenía 14 años, vio como su madre y su abuela fallecían debido al cáncer que ambas sufrían con apenas ocho meses de diferencia. Yvette, su madre, y Shirley, su abuela, eran sus dos mayores apoyos durante la infancia. Acudían a todos sus partidos de fútbol americano, que era su deporte favorito. Las dos fallecieron un día cinco, Yvette en enero y Shirley en agosto. Y por eso Anthony porta el dorsal 5 en los Timberwolves.

Anthony Edwards

Cuadros de Yvette y Shirley, madre y abuela de Anthony Edwards, que mostró durante su elección en el draft de 2020.

Antes de sufrir tal mazazo emocional, Edwards era conocido como uno de los niños más prometedores en el deporte de Atlanta. Su padre, al que apodaban ‘Ant-Man‘, y del que se cuenta que podría haber llegado a la NBA si no fuera por su nefasta ética de trabajo, se lo cedió al pequeño Anthony cuando tenía apenas 3 años. Mucho antes de que se estrenasen las películas sobre el superhéroe de Marvel.

Edwards comenzó a jugar al fútbol americano en los Atlanta Vikings y fue considerado como el mejor corredor del país a la edad de 10 años. Probó varias posiciones en ataque y defensa —quarterback, running back y cornerback—. Los expertos afirman que habría sido un running back de élite en la NFL. Los vídeos en los que destroza rivales son una auténtica delicia.

 

Tras una grave lesión de tobillo cogió miedo al fútbol americano y gracias a la insistencia de sus hermanos, que se ocuparon de él tras el fallecimiento de su madre y su abuela, probó el baloncesto. Aunque le gustaba poco al principio, comenzó a jugar en el instituto Atlanta Xpress y se convirtió en uno de los players más prometedores de Estados Unidos. Tras su explosión en el instituto rechazó ofertas de algunas prestigiosas universidades de la NCAA como Florida State, Kansas, Kentucky y Carolina del Norte. Se decantó por jugar en casa, para los Bulldogs de Georgia, en los que se habían formado sus dos modelos a seguir: Dwyane Wade y Victor Oladipo.

🇺🇸 El Mundial de Filipinas cambió a Anthony Edwards

Durante el draft de 2020, en el que fue seleccionado con la primera posición tras una brillante campaña con los Bulldogs de Georgia, los expertos le compararon con Dwyane Wade, su ídolo. Algunos más aventurados, como el excéntrico Stephen A. Smith de la ESPN, comentaron que podría incluso igualar a Kobe Bryant. Un escolta muy físico con facilidad para anotar en penetración y que cada vez muestra un tiro exterior más sólido.

 

Edwards ha realizado tres cursos en los que ha demostrado que puede ser una superestrella, aunque siempre ha dejado entrever que el baloncesto no le apasiona. Esta situación parece que ha cambiado desde que fue convocado para representar a Estados Unidos en el Mundial de Filipinas. La responsabilidad de jugar para su país le hizo cambiar el chip y creer de verdad que si centraba sus esfuerzos en el basket podía dominar la NBA.

Para el torneo Edwards dejó el 5 de su camiseta por primera vez para vestir el 10, en homenaje a Kobe Bryant, Kyrie Irving y Jayson Tatum, los jugadores en portarlo antes que él. «No me acaba de encantar el baloncesto. Está en mi corazón, pero el futbol americano es donde empecé. Prefiero ver un partido de la NFL que uno de la NBA. Que no se malinterprete, el baloncesto es mi prioridad. Pero lo veo como un trabajo, aunque me gusta mi trabajo», comentaba antes de jugar con el ‘Dream Team‘.

 

Sin embargo, jugar con Estados Unidos, tener a Steve Kerr de entrenador y no poder guiarles hasta la medalla de oro le hizo ver que debía esforzarse más. «Siento que podíamos haber hecho mucho más, estoy decepcionado. Con los Timberwolves tenemos un bonito reto por delante y daré mi máximo para ganar«, comentó tras finalizar el Mundial.

Este curso, Anthony Edwards ha demostrado que sus palabras no fueron en balde. Ha aumentado sus números hasta los 26 puntos, 5,5 rebotes y 5 asistencias por partido y ha dirigido junto a Karl Anthony Towns a Minnesota Timberwolves hasta lo más alto de la Conferencia Oeste. Su sueño de jugar en la NFL sigue presente y es un reto que quizás un superhéroe como ‘Ant-Man‘, de 22 años, pueda abordar en el futuro, pero de momento su cabeza está en ganar un título para Minnesota.

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