Ronaldinho tiene el honor de ser el primer regateador contemporáneo. El ídolo que traspasó fronteras con sus jugadas, goles y asistencias. Antes de Lionel Messi y antes de Cristiano Ronaldo, llegó Ronaldinho. Un hombre que no se preocupaba por los números. El extremo brasileño solo quería disfrutar y entretener con sus malabares con un balón. Es lo que sabía hacer. Europa le conoció cuando aterrizó en París. El Parque de los Príncipes fue testigo de algo inusual. Rápido, inteligente y desequilibrante, ‘Dinho’ fue flamante cupido en la ciudad del amor. Aunque sus mejores años fueron en Barcelona, el atacante forjó su leyenda entre el Sena y la Torre Eiffel. Un momento clave para convertirse luego en una leyenda del fútbol.
@legalsport_net Pasan los años, pero la magia siempre permanece. 🇧🇷 #Ronaldinho cumple 44 años y, para celebrarlo, te traemos un par de sus mejores@Ronaldinho truquitos de su etapa en #Paris. 🪄 ¿Te acuerdas de cómo #R10 brillaba en el #PSG antes de llegar al #Barcelona en 2003? #deportesentiktok #futbol #football #footballtiktok #sport #sportstiktok #brazil🇧🇷 ♬ sonido original – Legal Sport
😜 Ronaldinho, un jugador cocinado a fuego lento
Después de su brillante actuación en la Copa América de 1999, quedó claro que Brasil se le quedaba pequeño al talentoso Ronaldo de Assis Moreira (Porto Alegre, Río Grande del Sur, Brasil, 1980). Europa era el mejor camino para explotar y Ronaldinho eligió París, una plaza discreta en aquella época. En diciembre de 2000, el PSG anunció que tenía un precontrato con el jugador y que llegaría a París durante el verano antes de la temporada 2001/2002. Su etapa en el Gremio concluyó de una forma un tanto abrupta. Fue uno de los primeros jugadores en Brasil que se acogió a la ‘Ley Pelé’, que decretaba el fin del derecho de retención de los clubes. Así, Ronaldinho interpretó que quedaba libre de su contrato y firmó por cinco años con el París Saint-Germain. Sin embargo, Gremio no estuvo de acuerdo y llevó el caso a la justicia. El jugador se quedó seis meses sin poder jugar en el PSG.
Finalmente, después de la mediación de la FIFA, el jugador, a finales de julio de 2001, pudo ser futbolista del conjunto parisino, previo pago de 4,5 millones de euros en concepto de compensación. A diferencia de casi todo lo que Ronaldinho ha hecho en el campo, su carrera en el Parque de los Príncipes comenzó lentamente. El máximo goleador de la temporada anterior del club, Lauren Robert, había sido vendido al Newcastle para dar paso al brasileño. La presión estaba presente desde el principio. Su suspensión impuesta por la FIFA solo se levantó a tiempo para que el brasileño apareciera en el segundo partido de la temporada de la Ligue 1, una vez que se pagó la compensación al Gremio.
Ronaldinho en sus primeros días en el PSG.
Ese no era el único problema. Tenía que encontrar su sitio en un equipo con Mauricio Pochettino de capitán y con otros nombres reconocidos como los de Gabriel Heinze, Nicolas Anelka o Jay-Jay Okocha, que acabó siendo fundamental en su adaptación. «Ronaldinho solo necesitaba a alguien que lo guiara. Fuimos como hermanos. Intentaba imitar algunas de mis habilidades y regates», dijo el icónico futbolista del Bolton Wanderers en una entrevista en 2017. Dos asistencias y un gol de penalti fue todo lo que ‘Dinho’ mostró en sus primeros 13 partidos en Europa.
🤙 Creció su pelo y llegó la magia
Algo muy representativo de Ronaldinho siempre han sido sus mechones largos y ondulados, y que parecían burlarse también de los defensores que dejaba atrás. Sin embargo, cuando llegó a París lo hizo el pelo excesivamente corto. Eso no fue impedimento para sacar a relucir todo su talento, Pero en el Parque de los Príncipes el fútbol empezó a crecer de sus botas al ritmo que su melena se hacía más voluminosa. Eso y la salida del equipo de algunos hombres importantes dieron paso a una versión exponencialmente en crecimiento del sambero. Su primera temporada en el PSG se cerró con 13 goles y 7 asistencias. Tras eso, conquisto el Mundial de Corea y Japón con Brasil siendo una pieza relevante de una canarinha estelar.
La temporada 2002-2003 no trajo mucha más consistencia en el frente goleador (12 goles y 10 asistencias), pero consiguió catapultarse como uno de los mejores jugadores del planeta. Pese a esto, algunos compañeros y miembros del cuerpo técnico empezaron a criticar la vida social del brasileño. «Desde que regresó de la Copa del Mundo, hace lo que quiere», dijo un jugador anónimo a The Guardian en 2003. «Se ha vuelto muy engreído». El atacante era un activo financiero enorme para el club y le concedieron algunas licencias para su disfrute.
En algunos de sus goles más recordados está el que le marcó al Mónaco. Ronaldinho mató perfectamente un balón cruzado en el borde del área penal y, en un abrir y cerrar de ojos, superó a su marcador y metió el balón en la esquina inferior desde un ángulo ajustado. Su oponente quedó confundido por el torbellino de pies y cabello que tenía delante. Lo mejor de Ronaldinho, por supuesto, es la diversión que trajo al campo. Contra el Guingamp, se jugó un buen uno-dos en el centro del campo antes de que el balón se elevase ingeniosamente sobre una entrada de un rival, pasara más allá de dos defensores y se elevara sobre el portero. El arte se extendía más allá de las puertas del Louvre.
🤩 Un traspaso que cambió su historia… y la del Barça
Mientras Ronaldinho se burlaba de los defensores franceses, el recién elegido presidente del Barcelona, Joan Laporta, reflexionaba sobre cómo mejorar su club. Había una respuesta simple. «Dije que llevaríamos al Barça a la vanguardia del mundo del fútbol, y para que eso ocurriera teníamos que fichar a uno de estos tres jugadores, David Beckham, Thierry Henry o Ronaldinho», dijo antes de que se abriera la ventana de transferencia de verano de 2003. Una vez registrado el interés, el movimiento era inevitable. El PSG, como el Gremio anteriormente, se resignaba a perder a Ronaldinho.
Pintada de Ronaldinho en los exteriores del Parque de los Príncipes.
El Manchester United también estaba ansioso por traer al hipnótico atacante a Old Trafford, así que el PSG, que solo pudo lograr un puesto 11 en la temporada anterior, no tenía ninguna oportunidad. A pesar de ser visto en clubes de Londres en múltiples ocasiones, algo que quizás preocupaba a Sir Alex Ferguson, ‘Dinho’ optó por el Camp Nou. Igual también arrastrado por el movimiento que el Real Madrid hizo incorporando a David Beckham. Fue en Cataluña donde llevó su estatus hasta el punto de ser el rey del fútbol. Ahí culminó una obra que empezó a pintar discretamente en París.
