El Atlético de Madrid acabó su encuentro ante el Girona dando una vuelta de honor por el Metropolitano. Y no por el triunfo conseguido. Los colchoneros afrontaron un duelo clave para los puestos de la próxima Champions, con un ojo puesto en el decisivo partido del martes en Dortmund. Simeone rotó y cambió el sistema y Dovbyk se aprovechó de un jugadón de Savinho y de un pase de la muerte de Yan Couto para adelantar a los catalanes. Le costó un mundo entrar a los de Simeone, pero Miguel Gutiérrez abrió la puerta con un penalti por manos. Griezmann igualó y el Atleti remontó más por fe que por juego. Morata, que entró por el lesionado Saúl, luchó un balón casi imposible para, seguidamente, poner un centro perfecto a la cabeza de Correa. Los tantos mellaron la confianza de un Girona propositivo, pero que ha perdido efectividad en las áreas. Griezmann se anotó un doblete al aprovechar un despeje hacia atrás de Jhon Solís y cerró el encuentro bajo un calor terrible para la época del año. El Atlético se acerca a su objetivo de entrar en Champions la temporada que viene y ya piensa en la vuelta de cuartos de esta edición ante el Borussia Dortmund.
😬 La fe del Atlético levantó un mal inicio
Si algo ha demostrado en su historia el Atlético es su fe inquebrantable. Los rojiblancos salieron timoratos al encuentro ante la revelación-confirmación de la liga. La agitación y desgaste final que sufrió el equipo en los últimos minutos ante el Borussia Dortmund, que tuvo dos largueros para igualar la eliminatoria, y la obligada rotación del ‘Cholo’ Simeone, con solo Oblak, Molina, Koke, De Paul y Griezmann repitiendo, dejó un inicio frío. Nada que ver con la agresividad y cohesión con la que salió la plantilla ante los alemanes. Por contra, los catalanes, valientes como de costumbre, se echaron al ataque y tras un eslalon marca de la casa de Savinho llegó el primero. El brasileño cedió para el pase de la muerte de Yan Couto y Dovbyk remató a placer. El ucraniano sumó su 17 tanto liguero y se queda momentáneamente como pichichi del torneo.
El partido se traía su miga y Simeone se revolvía en el banquillo. Los colchoneros perdieron prácticamente todos sus duelos en los primeros 20 minutos, mientras que el Girona circulaba con criterio y encontraba espacios en la zona interior. Saúl y Rodrigo Riquelme pincharon en su propósito de atacar las bandas y Aleix y Yangel Herrera dominaron en el centro. El plantel de Míchel es una creación esculpida a base de toque y cariño, pero que ha perdido fluidez y consistencia respecto al ecuador de la competición. Sobre todo fuera de casa, donde venía de cuatro derrotas seguidas.
Correa mira hacia atrás para combinar con un compañero en el encuentro frente al Girona.
El Atlético empezó a crecer en el duelo y a descubrir las carecías de los catalanes. Un penalti por manos de Miguel Gutiérrez en un salto con Mario Hermoso fue el primer detonante de la caída de los visitantes. Griezmann ajustó el lanzamiento al palo derecho de la portería y puso las tablas. Después tenemos los detalles, que son relevantes en el fútbol, y que acabaron de levantar a un Atleti que no dejó de creer. Por contra, el Girona se desconectó entre quejas por una caída no señalada de Savinho en el área. Eso y la entrada de Morata por un insulso y lesionado Saúl, cambiaron el rumbo del encuentro. De los pies del madrileño, en una jugada que parecía perderse por línea de fondo, nació un centro maravilloso a la cabeza de Correa. El Atlético ya estaba por delante. Un tanto que volvió a reflejar las carencias defensivas del equipo de Míchel. Correa, de 1,71 m, remató entre David López y Miguel Guitiérrez.
🇩🇪 Calentando motores para Alemania
El segundo tiempo no hizo más que castigar la propuesta del Girona, perfecta en la intención, aunque con grandes goteras en este momento en la ejecución. Y es que los blanquirrojos han bajado su contundencia en las áreas. Atacan igual y marcan menos, y defienden como pueden, pero encajan más. Otro error, en este caso en forma de una despeje hacia atrás de Jhon Solís, dejó solo a Griezmann para que fusilara a Gazzaniga con su pierna derecha. Ya son 178 goles con el club colchonero.
De nuevo el Atlético aprovechó una inercia positiva salvaje para allanarse el camino. Aunque esta vez resistió tras la embestida. El paso atrás que casi lo condena contra el Dortmund, fue efectivo ante un Girona que perdió fuelle físico y futbolístico. Hasta Dovbyk falló un gol cantado a pase de Yangel Herrera casi en la línea de gol que hubiese puesto a los gerundenses de nuevo en el encuentro. El juego ofensivo y propositivo del plantel gerundense se volvió tedioso y se fue consumiendo en su propia arena movediza, en la que el paso de los minutos iba atrapando cada vez más a los jugadores de Míchel.
Los últimos minutos, salvo un remate centrado de Portu que paró Oblak, fue un ensayo y una arenga por parte de la afición de lo que se encontrarán los colchoneros el próximo martes en el Westfalenstadion. El Atlético cumplió ante un Girona irregular e incluso se acerca a tres puntos de su tercera posición. Ahora toca el todo o nada en Dortmund.
