Selección

¿Es Mikel Oyarzabal el delantero que necesita la Selección?

Una de las noticias del mes de septiembre y principios de octubre en el fútbol español reside en la transformación de Mikel Oyarzabal. No tanto desde su rol en la Real Sociedad, en la que siempre ha sido capitán en plaza. Más bien, está en la función y las zonas de incidencia que tiene sobre el campo, cuyo mérito hay que atribuírselo en gran medida a Imanol Alguacil. Y, sobre todo, al rendimiento ofrecido un jugador que ha hecho que prevalezca su mentalidad por delante de las muchas dudas que arrastraba desde su grave lesión de rodilla. Lo que antes no intentaba, ahora le sale. Llegados a este punto, está claro que en San Sebastián ya no saldrá del once los días grandes ni con agua caliente. Las dudas vienen en su papel con la Selección, después de recibir la inesperada convocatoria de Luis de la Fuente.

👨‍🍼 Mikel Oyarzabal renace de la mano de Alguacil

El modo en que retornó el capitán txuri-urdin de su lesión del ligamento cruzado anterior la pasada temporada ya anticipó problemas de cara a esta. Muchos dijeron que simplemente necesitaría confianza para recuperarse. Eso lo tenía asegurado con Imanol, un técnico que, por mucho que parezca no tener en alta estima a Oyarzabal por las cachetadas que le propina en el túnel de vestuarios, siempre le ha considerado su ojito derecho. Sin embargo, al final la clave no ha estado en el protagonismo en sí que le ha dado el entrenador de la Real Sociedad, sino más bien en la forma.

Mikel Oyarzabal Real Sociedad

Tras su sequía, Oyarzabal ha marcado cinco goles en cuatro de sus últimos ocho partidos disputados.

Sus primeras jornadas fueron desalentadoras. A Mikel Oyarzabal le faltaba atrevimiento, cambio de ritmo, determinación… Hasta adolecía de gol, cuando la definición ha sido una de sus armas más preciadas a lo largo de su carrera. La parte positiva para pensar en que se podía revertir la situación estaba en la personalidad y el trabajo que nunca ha negociado el heredero de Xabi Prieto en Donostia. Iba a hacer todo lo posible para aportar. Y contaba con la ventaja de que Alguacil, además de conocerle como la palma de su mano, es un estratega motivador y creativo en el apartado táctico a partes iguales.

Como cabría esperar por el paso adelante de Ander Barrenetxea y la explosión definitiva de Takefusa Kubo en los costados, Oyarzabal debería enfocarse más en poner su cualidad de jugador de equipo al servicio del colectivo en los pasillos interiores. Como mediapunta de un 1-4-2-3-1, segunda punta del rombo o como ‘9’. Y cuando Mikel Merino regresó de su lesión para sumarse a Zubimendi y Brais Méndez, hasta completar un centro del campo capaz de dominar los martes de Champions, el puzle se completó por sí solo. Oyarzabal partiría desde la punta del 1-4-3-3, bastante flexible. Ha aprovechado la ausencia por lesión de André Silva y el mal momento de Umar Sadiq y un Carlos Fernández lejos del nivel mostrado en Granada. Y aunque sus orígenes sean otros, de falso ‘9’ tiene más bien poco en este plantel.

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Su radio de acción ahora es más concreto y requiere de menos acciones explosivas y más de la faceta técnica y táctica. El agua moja y la solución a dos problemas —la crisis de Mikel y la falta de un delantero centro consagrado— iba de la mano. Como punta, la Real Sociedad exprime a fondo su inteligencia y altruismo sin balón, tanto para arrastrar marcajes que liberen zonas de remate a sus compañeros, como para presionar a pleno pulmón mientras tapa líneas de pase de los centrales rivales con una astucia envidiable. Antes de ser él quien se beneficiase de las ventajas que le generaba el resto, ya dibujaba situaciones que potenciaban al colectivo. 

🇪🇸 Difícilmente extrapolable a la Selección

Para sorpresa de muchos, Luis de la Fuente ha confiado en el buen momento de Mikel Oyarzabal para los encuentros ante Escocia y Noruega. Falta por comprobar si en condición de delantero centro, como extremo o, incluso, como mediapunta de un 1-4-2-3-1. Lo lógico, visto el buen desempeño de Gavi, Fabián Ruiz y Mikel Merino como interiores, es que el 1-4-3-3 prevalezca. Y la inclusión de extremos retadores como Nico Williams, Lamine Yamal, Bryan Zaragoza o Ansu Fati, que en este momento de su carrera también vive una reconversión a zonas interiores en el Brighton de Roberto De Zerbi, se debería traducir en un dibujo con un solo punta.

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El escenario no parece idílico para que Oyarzabal pueda trasladar su buen hacer en el ámbito de clubes al combinado nacional español. Básicamente, porque Álvaro Morata, que ya se asentó como el delantero centro titular del nuevo míster, probablemente por ser el ‘9’ seleccionable más completo, atraviesa otro momento dulce con el Atlético de Madrid. Y porque Joselu Mato ha demostrado ser un especialista con España para los minutos finales y generar un ratio de ocasiones por partido muy por encima de la media. Los roles entre los dos canteranos del Real Madrid, de titular y revulsivo, respectivamente, están clarísimos.

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La explicación más lógica para entender la convocatoria de Mikel Oyarzabal y, tal vez, también la del propio Ansu Fati, sea la baja por lesión de Dani Olmo. Más aún, sin Yeremy Pino. Comida para hoy, hambre para mañana, eso sí, porque el del Leipzig es un fijo en la Selección. Su desempeño puede ser de ese futbolista de tres cuartos de campo, con visión de juego y olfato para producir cifras, que actúe como verso más libre para transformar el sistema de España en uno más asimétrico y que Alejandro Balde se encuentre un escenario similar al que Xavi le brinda en el Barcelona. Plan B, en todo caso, después de que la novedad más convincente en los duelos ante Chipre y contra Georgia fuese el desequilibrio de la España de los extremos.

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