NBA

Dereck Lively, el pívot que necesitaba Luka Doncic

Dereck Lively II es uno de los rookies que más impacto ha tenido en este inicio de campeonato en la NBA. Victor Wembanyama y Chet Holmgren acaparan todas las miradas. Lógico. Aun así, Lively ha mostrado una importancia similar en cuanto al desarrollo del juego de su equipo. Los Dallas Mavericks son mucho mejores desde que el pensilvano juega a las órdenes de Jason Kidd.

Lively era el pívot que necesitaba la franquicia de Mark Cuban. Un cinco enérgico en el rebote, fuerte en los bloqueos, capaz de continuar la acción en el pick and roll, con una excelente visión de juego que le permite pasar el balón como pocos en su posición a su edad y que defensivamente es muy correcto. Dereck no marcará una época, ni cambiará la NBA, pero es el jugador del que Luka Doncic adolecía a su lado.

 

Luka afronta una nueva temporada dentro de la mejor liga del planeta en la que espera conquistar por fin el tan ansiado MVP. El esloveno es uno de los jugadores más especiales de la actualidad; sin embargo, en ninguna de sus cinco campañas anteriores contó con una nómina de compañeros que se adaptasen a sus características y le ayudasen a conquistar el título. Incluso sus candidaturas al MVP se han visto afectadas por la pobre configuración de la plantilla de los ‘Mavs’.

Lively se ha convertido en el finalizador perfecto para afrontar el dos para dos junto a Doncic. Un pívot ágil que puede correr la pista y que sale rápido de los bloqueos para finalizar por encima del aro o en movimiento. Evidentemente, no es perfecto, pero tiene 19 años y muchísimo margen para mejorar. Tiene problemas con el tiro y debe trabajar en los tiros libres, donde de momento presenta un paupérrimo 44,4%.

Esos problemas con el lanzamiento los corrige con su buena visión y una capacidad pasmosa para doblar la bola. Sorprende, ya que al ser tan joven y enérgico es capaz de detenerse y encontrar a los compañeros en mejor posición, como hizo ante Chicago Bulls a los que destrozó con 6 asistencias. De hecho, esta jugada que se puede ver más abajo frente a los Bulls es la perfecta definición de lo que Dereck Lively aporta y como se complementa con Luka.

 

El de la Universidad de Duke es capaz de llegar el primero a la pista rival. Aprovecha esa ventaja para bloquear y continuar en el dos para dos junto a Luka. Después, tiene la sangre fría de frenarse ante la ayuda y doblar el balón para que Derrick Jones Jr. consiga dos puntos fáciles bajo el aro con un mate en estático. Ninguno de los centers que han pasado estos cursos por los Mavericks presentaban esas habilidades.

Acompañar a Luka Doncic es sencillo. El canterano del Real Madrid está encuadrado dentro del tier 1 de la NBA, o lo que es lo mismo, es uno de la élite del baloncesto mundial. Ni Maxi Kleber, ni Dwight Powell han dado un rendimiento como el de Lively en sus años con Dallas. El alemán es un cuatro y medio, puede jugar como pívot, aunque no cumple esa función que ayude a Luka a encontrar espacios ni continuar jugadas hacia el aro, al menos es útil en el pick and pop gracias a su tiro.

De todos modos, los 33 millones que firmó Kleber siguen alejados de ser un contrato ajustado a su rendimiento. Y de Powell… bueno mejor no hablar mucho del canadiense. Lo mejor de su carrera ya pasó, blando en defensa y flojo en ataque, al menos su renovación fue muy a la baja y para ser la tercera opción cumple dentro de lo que se le puede exigir.

Lively con 7 puntos, 13 rebotes, 6 asistencias y 2 robos ante Chicago consiguió unos números que no registraba un novato desde Steve Francis, que era base, en el año 2000. Y su debut con Dallas fue frente al mismísimo Wembanyama que también debutó ese día. Partió desde el banquillo y cosechó 16 puntos, con un 87,5% en tiros de campo, 10 rebotes, 1 asistencia, 1 tapón y 1 robo en 30 minutos. El primer rookie en más de 40 temporadas en alcanzar unos guarismos del estilo.

Lively

Dereck Lively II trata de taponar a Zach LaVine.

Con todos estos datos podemos afirmar que Dereck Lively es el mejor movimiento que han realizado desde los despachos de Dallas Mavericks desde el acuerdo la noche del draft en la que consiguieron a Luka Doncic. Una decisión que, pese a que sí que hay que aplaudir, habla a las claras de la nefasta dirección que la franquicia texana llevó en los años anteriores.

Simplemente con colocar un pívot ágil, que sepa bloquear, continuar y finalizar por encima del aro junto a Doncic y los ‘Mavs’ son otro equipo diferente. Por si fuera poco, Dallas presenta un balance de 4-1, el cuarto mejor de la NBA. Si nos fijamos en la estadística del +/- los Mavericks suman un +34 (+4,8 de promedio) con Dereck Lively en pista. Quizás Christian Wood pudo haber sido ese compañero, pero no congenió con Kidd por su nula aportación defensiva y que pese a tener un talento descomunal es un player que solo mira por su bien.

 

La mejora no se queda en el de Pensilvania, ya que la incorporación de Grant Williams es otro movimiento espectacular. El alero, ex de los Boston Celtics, lidera desde su llegada la parcela defensiva de Dallas. También se muestra como ese tirador preciso —52,8% de acierto con más de 7 triples intentados por noche— que Luka necesitaba a su lado. Grant lo hace sin alardes, lo contario que Tim Hardaway Jr. y se centra en ayudar al roster.

En los últimos seis minutos del partido frente a Chicago, el quinteto formado por Lively, Doncic, Williams, Josh Green y Jaden Hardy, con 22 años de media, firmó un espectacular +11. Por eso, Doncic opta al MVP como el máximo favorito y Dallas a ser un equipo que aspire a llegar muy lejos en playoff. Y lo han hecho sin Kyrie Irving, que a su vuelta puede potenciar el sistema o volarlo todo por delante… dependerá del incienso.

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