Adebayor - Togo
⚽ Fútbol internacional

‘Manolito’ Adebayor, para lo bueno y para lo malo

Se dice que cuando se quiere a alguien o se le tiene mucho aprecio, se le quiere con sus cosas buenas y no tan buenas. En este caso se traspasa la frontera de lo superficial, para adentrarse en una cuestión más interior. Sheyi Emmanuel Adebayor evoca a este tipo de amor. Rey en África e incomprendido en Europa. El futbolista togolés colgó las botas el año pasado con 39 ‘castañas’. Ya ha rondado suficiente y de una manera variopinta. Ahora, se dedica a disfrutar de la vida y a ser uno de los embajadores más simbólico del continente africano.

Con una carrera de trotamundos, aunque con pinceladas brillantes en algunos de los mejores clubes del planeta, Adebayor siempre ha dejado su huella allí donde ha estado. Y aquí vienen las dos partes. En algunos sitios se le recuerda con especial cariño, y por su forma de bailar en sus celebraciones, mientras que en otros la sensación que ha dejado ha sido fría; de jugador intrascendente. Pero así es ‘Manolito’, nombre que le pusieron los aficionados del Real Madrid en su tiempo en España. Un hombre capaz de lo mejor y de lo peor, pero con un imán para ser el centro de atención.

😎 Adebayor y 22 años de una extravagante carrera

Adebayor es como el Guadiana: algo que desaparece de improviso y vuelve a aparecer sin avisar. Cuando muchos le habían perdido de vista, anunció su retirada en el Semassi de Togo. Fue en marzo de 2023. Siempre ha tenido especial arraigo con su país natal. Aunque la mayoría de su fama la obtuvo en Europa, siempre tuvo un apego especial con su tierra. Cuando buscaba paz, se iba a su Lomé natal a jugar pachangas con sus amigos. Allí es donde comenzó a dar sus primeros pasos como futbolista. El Merlan Lomé le abrió las puertas antes de mudarse a Europa en 1999, cuando tenía 15 años. Recaló en el equipo juvenil del Metz. Francia siempre ha sido buena puerta de entrada para los futbolistas africanos.

Luego se mudó al Mónaco y, tras dos años y medio, acabó en 2006 en el Arsenal por 10 millones como uno de los fichajes estrella de los gunners. Allí explotó todo su talento, firmando 62 goles en 142 partidos oficiales bajo las órdenes de Arsène Wenger. Esto le valió un traspaso al Manchester City de 29 millones de euros en 2009. De más a menos, las aspiraciones y la falta de títulos se lo llevaron por delante en el club citizen. Acordó en 2011 una salida como cedido al Real Madrid.

 

En España encontró su hueco junto a José Mourinho y aceptando el rol de suplente de tercer delantero junto a Benzema e Higuaín. No lo hizo mal. Anotó 8 tantos en los 22 partidos que jugó y, curiosamente, ganó su único título oficial en Europa: la Copa del Rey de 2011. Tras su aventura española, recordada por su apodo de ‘Manolito’, recaló en el Tottenham y el Crystal Palace inglés y acabó su carrera pasando por Turquía, en el Istanbul Basaksehir y el Kayserispor, se aventuró a probar en el Olimpia Asunción de Paraguay, y se retiró en el Semassi de su país natal.

Adebayor - Cristiano Ronaldo - Real Madrid

Adebayor, junto a Cristiano Ronaldo, en su época en el Real Madrid.

Con el gol en las venas, Adebayor anotó 207 dianas en 593 apariciones en su carrera, incluidos 97 goles en 242 apariciones en la Premier League. También fue internacional con Togo, donde marcó 26 goles en 65 apariciones. Allí fue cinco veces futbolista del año, así como una vez futbolista africano del año, ganando ese premio en 2008.

😕 Vivió un ataque terrorista y fue amenazado por su familia

Adebayor fue un coleccionista de historias. La mayoría, con toques circenses y un tanto surrealistas. Como si necesitara la marcha para darle un poco de picante a su vida. Jugando para el Manchester City, el togolés anotó un tanto en el Etihad Stadium ante el Arsenal, su exequipo, y no se le ocurrió otra cosa que correr como un poseso para deslizarse de rodillas y celebrar el tanto frente a la afición gunner que cantaba su nombre despectivamente. Adebayor estaba quemado por sus experiencias en el Arsenal. No se llevaba bien en Londres con Robin van Persie y también no hizo buenas migas con el técnico Arsène Wenger, que le dio un trato favorable al neerlandés.

 

En otras ocasiones, los problemas le llegaban desde el exterior. Su familia vio en él una gallina de los huevos de oro, a la que podían le pedían dinero para solventar sus problemas o, simplemente, para mantener un estatus económico sin trabajar. Le llegaron a amenazar con contar su vida privada a los medios de comunicación si no les enviaba dinero. También es recordado por un ataque terrorista que sufrió con sus compañeros de Togo en una Copa África disputada en Angola en 2010. El bus del equipo fue atacado por hombres armados poco después de cruzar la frontera entre la República del Congo y el enclave angoleño de Cabinda. Tres personas murieron y nueve resultaron heridas.

Emmanuel Adebayor dijo que el ataque fue «una de las peores cosas que me han pasado en la vida». El delantero tuvo que llevar a sus compañeros al hospital, ya que él fue uno de los menos afectados.​ Siempre aparecía en el ojo del huracán, incapaz huir de ahí. O desaparecía del fútbol profesional durante una temporada y solo se le podía seguir la pista a través de sus redes sociales, donde subía pachangas con amigos en Togo.

🌎 Declarado amor por África

Su leyenda empezó en África, donde consideran a Adebayor un auténtico héroe por todo lo conseguido. Muchos están enganchados con la historia de un niño que surgió de la nada para convertirse en una superestrella del fútbol. Su padre había cambiado monedas en la frontera de Togo con Ghana, mientras que su madre trabajaba como carnicera. También hay algo de misticismo y leyenda en su vida. Una cuenta que cuando el togolés tenía unos cuatro o cinco años, sus padres todavía estaban preocupados porque solo podía gatear. Lo llevaron a ver a un morabito, un santo islámico. El joven Adebayor también pasaba tiempo en mezquitas e iglesias, donde un pastor le ordenó a su madre que lo llevara a orar todos los días de lunes a domingo.

Adebayor-Copa-Africa-scaled

Adebayor portando el trofeo de la Copa de África en la final entre Nigeria y Costa de Marfil.

Y un día, mientras estaban en la iglesia, se produjo algo parecido a un milagro. Afuera del recinto unos niños jugaban a fútbol y la pelota acabó entrando en la iglesia. Fue entonces cuando el pequeño Adebayor se levantó y caminó para chutar la pelota. A partir de ese momento, el fútbol pasó a formar parte de su vida. Ya con 40 años y retirado del balompié, el atacante ha cambiado su forma de vestir más occidental por los típicos atuendos africanos. Su última aparición pública fue en la Copa África. Apoyó a Nigeria, país de origen de sus padres, que perdió la final ante Costa de Marfil. Él fue el portador del trofeo hasta el atril. A su alrededor siempre hubo multitud. Adebayor es muy querido en África y un personaje que se deja querer.

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