En sintonía con lo que fue el once ideal del Mundial, tampoco ha habido demasiadas revelaciones individuales en la demarcación de los laterales o carrileros. Más bien, ha sido una competición de mucho nivel en el centro del campo, por lo que hemos decidido partir con un 3-2-3-2 poco ortodoxo, pero acorde al rendimiento mostrado, que ha sido alto en la medular. Hasta el punto de dejar fuera a Mohammed Kudus o Jamal Musiala, comandantes de Ghana o Alemania en fase de grupos, por no ser tan inesperado su nivel. Pero, sobre todo, por el de quienes elevaron el listón en esa zona y las expectativas puestas en ellos.
🇭🇷 Dominik Livaković
El guardameta croata se ha erigido como el salvador inesperado de su selección y ha heredado el trono de Daniel Subasić. El que más paradas ha realizado a lo largo del Mundial, el que resistió los momentos de mayor sufrimiento contra Brasil para llegar vivos al tramo final. Y, también, el que más paradas completó en las dos tandas de penaltis donde se consagró como héroe.
Casillas, en uno de sus tweets «random» tan característicos, dijo hace un tiempo que había seguido la evolución del jugador del Dinamo de Zagreb y que estábamos delante de un muy buen portero. No se equivocaba. Se queda a las puertas Andries Noppert, que ni siquiera había debutado con la absoluta de Países Bajos antes del Mundial y ofreció una total seguridad bajo palos, aderezada por una peculiar facilidad para tapar disparos abajo con sus 2,03 m de estatura. Otro descubrimiento de van Gaal.
🇭🇷 Joško Gvardiol
Si la venda de la muñeca marcó un antes y un después para Benzema, la máscara no ha sido menos para el central croata. Se fracturó la nariz el 9 de noviembre y llegó a estar en duda su presencia en Catar, pero no solo entró en la lista de Zlatko Dalić, sino que, probablemente, haya sido la mayor consagración del torneo a sus 20 años. Central zurdo, de los que nunca sobran, con mucha determinación y corpulencia para ganar duelos, por joven que sea, explosividad para dominar a campo abierto, y técnica más personalidad defensiva para rebañar balones u ofensiva para conducirlos o filtrarlos. Para el recuerdo, su tackle a Lukaku en una jugada que parecía costarle la clasificación a octavos a Croacia.
En lectura, que era su principal debe, también crece a pasos agigantados. Paradigmático ver como, poco a poco, mejora su ímpetu y no va tan al límite en algunas acciones, por mucho que siga en el bando de los defensores de sangre caliente, aderezada con acciones de una frialdad impactante. La nota negativa llegó ante Argentina, donde, sin hacer un mal partido, salió en el poster de la gran jugada de Messi en el 3-0.
🇦🇺 Harry Souttar
La revelación absoluta entre los centrales más destacados del Mundial. A este no lo conocíamos. Con 24 años y una carrocería de 198 centímetros, el central australiano no solo ha sido un baluarte defensivo dentro del área, sino también contundente al cruce o anticipo.
Ha sabido sacar partido a una envergadura particular y, especialmente, lo ha hecho a la vez que transmitía una garra que enamoró al aficionado más clásico y primitivo, al que la salida de balón le da completamente igual, y al panenkita de turno que puso la tele en busca de nuevos nombres que le diesen juego para llenar artículos como este. Si el Stoke City no asciende a Premier League, cuesta imaginar que continúe su día a día en la segunda división inglesa.
🇭🇷 Dejan Lovren
El tercer y último croata de la lista también tenía que ser defensa. En este caso, veterano curtido en casi mil batallas, que actualmente milita en el Zenit de San Petesburgo y que apuntaba a suplente de Josip Sutalo en muchas guías previas al inicio del Mundial. Pero jugó de titular. Vaya si jugó, con los sentimientos de los rivales.
Menos vistoso y expeditivo que Gvardiol, de ahí su falta de entendimiento en el 2-0 de Argentina, pero bastante más complementarios de lo que cabría esperar. También lejos de el plus que suma el del RB Leipzig en salida de balón. Dejan brilló desde su posicionamiento, dominio del juego aéreo y despejes dentro del área cuando los soldados de Zlatko Dalić tuvieron que resistir desde un bloque bajo.
🇲🇦 Sofyan Amrabat
Se podía prever que Ambrabat cuajase una Copa del Mundo para la posteridad, pero en ningún caso que se fuese a colar también en el once ideal global. El centrocampista marroquí ha sobresalido en una demarcación y sistema que conoce como la palma de su mano, pero con comportamientos muy diferentes a los que desarrolla en su día a día con la Fiorentina. Regragui le otorgó un rol de pivote de contención, posicional, aplicado en coberturas y correcto distribuidor en la base.
Sin embargo, el que desempeña en el equipo ‘viola’ es mucho más proactivo: defensa hacia delante, persecuciones a su par en lugar de vigilar la zona, giros o conducciones para romper líneas cuando tiene la pelota. El mérito de lo realizado por el hermano pequeño de Nordin no solo se explica por nivel bruto, también por su adaptabilidad y solidaridad hacia el colectivo. Algún rival seguirá soñando que le persigue Sofyan. O amenazará a su hijo con un «te vas a la cama o llamo a Sofyan».
🇦🇷 Enzo Fernández
Opta a mejor actor revelación y mejor actor de reparto. Y nunca mejor dicho. Quién dijo que no se podían pedir dos postres y había que elegir entre las natillas o el arroz con leche. Al del Benfica, en una continuación de lo que es una temporada de ensueño nada más abandonar el River Plate de Marcelo Gallardo donde creció, no se le puede considerar irrupción, pero sí revelación porque comenzó como suplente. De hecho, viajó a Catar con solo tres internacionalidades con la absoluta de Argentina y ninguna titularidad. Desde que Scaloni lo probó de inicio, contra Polonia, solo salió del campo un cuarto de hora. El único que, junto a Messi y Otamendi, disputó todos los minutos a partir de octavos.
Ha completado un Mundial al servicio del colectivo: sacrificado posicionalmente, pero más que correcto cuando le tocó actuar como mediocentro único, y brillante cuando le acompañó Leandro Paredes; como a Don Quijote, Sancho Panza. Dominó desde el pase progresivo, sus desmarques para abrir líneas de pase, envíos bien mezclados y precisos, recuperó pelotas por técnica o lectura defensiva, y hasta se asomó a la frontal. Y, si no, que le pregunten a México. O a quienes sufrieron un microinfarto en Países Bajos. Junto a Julian Álvarez o Mac Allister, han sido socios ideales para Messi y protagonistas inesperados de Argentina.
🇸🇦 Mohammed Kano
Uno de los centrocampistas desconocidos a ojos de la mayoría de aficionados que, al igual que Laidouni, nos conquistó por su coraje desbordante. El saudí representa la figura del box to box que, seguro, habrá llamado la atención de varios clubes de la Premier League. En Al Hilal deben estar preocupados; porque dinero, precisamente, no necesitan.
Lo que sí necesitan es un intangible para el club árabe, porque se vio en el último Mundial de Clubes contra el Chelsea que su jerarquía no es solo cosa del Mundial. El derroche físico del espigado centrocampista tiene mucho valor. Omnipresente, pulpo sin balón, vertical en conducción y con amenaza como llegador. Un futbolista contextual que, potenciado, como lo hizo Hervé Renard, es un suplicio para sus rivales. Cuando no corre detrás de ti, corres tú detrás suyo.
🇲🇦 Azzedine Ounahi
«El talento magrebí es más bonito que bueno», pensarán algunos que no vieron jugar al centrocampista del Angers. El jugador «desconocido» con mayor impacto del Mundial 2022 y, para algunos, de la historia de la competición, lo ha sido a base de desafiar al cuentakilómetros y de aclarar ataques como si su vida dependiese de ello.
No es exquisito técnicamente, no le gusta gustarse. Pero sí tiene la suficiente sensibilidad en su primer control o pase, y la visión de juego necesaria, para haberle cambiado la cara a las posesiones de los dirigidos por Walid Regragui. Especialmente, para transitar. Ahora le toca refrendarlo y demostrar que no es un ‘One competition wonder’, por mucho que lo vayamos a recordar durante bastante tiempo como «el ‘8’ de Marruecos». «De dónde ha salido este muchacho…»
🇺🇸 Weston McKennie
Este es otro de los jugadores que no se mete por desconocido, sino por haber dado un paso al frente en Estados Unidos, tras mostrar un nivel bastante pobre en la Juventus. Clave por sus apoyos para progresar desde atrás, sus descensos para compensar la libertad posicional de Sergiño Dest y Antonee Robinson en los laterales, o descolgarse hasta pisar último tercio.
Pero, ante todo, por su complementariedad con Tyer Adams en una medular que se multiplicó sin balón, robó bastantes balones que pusieron a correr al resto e inició las transiciones verticales que hicieron dañino al equipo de Gregg Berhalter. En resumidas cuentas: muchos pensamos que lo de tintarse los colores de la bandera de Estados Unidos en el pelo, a lo Pogba, iba a ser lo más reseñable de su Mundial, y nos encontramos con la viva imagen de Paul y la transformación que vive con su selección en torneos cortos.
🇸🇳 Ismaïla Sarr
Para quien no siguiese el fútbol inglés o internacional desde hace un lustro, revelación absoluta. Para quienes sí, revelación a medias. Porque, pese a actuar en la Championship inglesa, ya sabe lo que es liderar un equipo de Premier League como el Watford o disputar competiciones europeas de la mano del Stade Rennais. Cuando el Liverpool de Klopp perdió el invicto, en la temporada donde fue campeón de Premier League, el extremo senegalés se consagró como MVP de aquel duelo con un doblete.
Lo que ha sorprendido, realmente, es que en este punto de su carrera haya liderado a una Senegal huérfana tras la lesión de Sadio Mané, su estandarte futbolístico y espiritual. Debe pulir la toma de decisiones e involucrar más y mejor a sus compañeros, no hacer tanto la guerra por su cuenta en ocasiones. Pero, aun así, ha rendido muy por encima de lo esperado, muy desequilibrante como extremo, con gran amenaza cuando pisó zona de tres cuartos. Y eso, contra zagueros de entidad como de Ligt y en escenarios donde su selección era bastante plana a la hora de proponer.
🇦🇷 Julián Álvarez
Con rastros aún de acné juvenil, ha cumplido el sueño de ser campeón del mundo junto a su ídolo, Leo Messi. Y lo ha hecho en condición de titular; no desde el inicio, pero sí se consagró a medida que avanzaron las jornadas. Como Enzo, aunque, en el caso del delantero, ya venía de romper varios récords goleadores en River Plate. Sus cuatro goles en Catar son una sorpresa a medias.
Técnicamente no es un superdotado, pero fue válido para prestar apoyos, dar continuidad a los ataques y comandar alguna transición rápida. El 2-0 de la final, obra de Di María, así lo atestigua. Su especialidad, sin embargo, es el movimiento. Donde más luce es cuando ataca el espacio, sin pasar por alto la energía e inteligencia que imprime para presionar y robar pelotas en campo contrario.
🇲🇦 Entrenador revelación: Walid Regragui
Antes del Mundial, la mayoría de los futboleros no conocíamos, o no recordábamos, a un ilustre de La Liga, como es el actual seleccionador de Marruecos. Y resulta que ahora hay bastante unanimidad sobre su figura, después de haber visto mil veces por redes sociales la foto de su cromo del Racing o la historia de que compartió vestuario con Scaloni, que ha sido su rival para recibir este galardón.
Mérito absoluto lo suyo. Diseñó a contrarreloj una telaraña defensiva impenetrable, que por vivir lejos de la portería rival, no significó vivir más lejos del gol. De hecho, es todo lo contrario, porque con menos posesión que el rival, excepto en el tercer y cuarto puesto contra Croacia, disparó en cada partido las mismas o más veces a puerta que su oponente. Fue llegar y besar el santo lo de Regragui. Sería el técnico que jamás diríamos que cogió al equipo más tarde que los otros 31, por lo trabajado que se mostró. Coherente con sus limitaciones y fortalezas, salvo, por momentos, contra Francia. Y con mucho corazón. Ambas cuestiones con Walid como artífice.