Tom Cruise y su espectacular descenso desde el techo del Stade de France y el relevo de la antorcha olímpica, que ya mira hacia Los Ángeles 2028, cerraron los Juegos Olímpicos de París 2024. España se despidió con 18 medallas: 5 de oro, 4 de plata y 9 de bronce. Una más que en Tokio 2020 o que en Río 2016. Sin embargo, en la cita brasileña se sumaron 7 oros, 2 más que en París. Al fin de cuentas, es lo que marca la diferencia. Dicho esto, la delegación española regresa habiendo realizado su quinta mejor participación olímpica de la historia, pero con un sinsabor extraño. Se han vuelto a tachar otros Juegos sin acercarse a las 22 medallas de Barcelona 92, que sigue siendo el gran techo. Una cifra que se ha convertido como en una especie de vara de medir para acreditar si la participación española en un certamen olímpico ha sido buena o mala. Pues bien, una vez más, y ya van ocho intentos, la realidad ha sacudido a las expectativas. La nota de España en París no puede ser buena. Había mimbres para más y la cosecha se ha quedado pequeña. Como dijo Carolina Marín después de lesionarse en sus semifinales de bádminton, «a veces usamos el deporte como ejemplo para la vida. Si trabajas duro y te esfuerzas más que nadie en cumplir tus sueños, estos se pueden hacer realidad. Pero no siempre ocurre». Y así funciona la vida y el deporte. Habrá que hacer una reflexión profunda y seguir trabajando para mejorar este resultado.
¿Cuántas medallas lleva España en los Juegos Olímpicos de París 2024?
🤔 El juego de los datos: ¿motivación o presión?
Desde los Juegos Olímpicos de París en 1900, España solo había logrado 26 metales. En Barcelona 1992, en casa, se sumaron 22. Esos Juegos marcaron un antes y un después para el deporte español y para el país. Es cierto que tras esa cita olímpica, la delegación española siempre ha estado por encima de los dobles dígitos en el medallero. Sin embargo, no se ha podido igualar esa marca. Las 20 medallas de Atenas 2004 y Londres 2012 es lo que más se acerca. Ya ni miremos los oros. En Barcelona fueron 13. La cosecha más alta desde entonces han sido los 7 de Río de Janeiro en 2016. El deporte español vive anclado en el número 22. Recuerda a cuando la selección española de fútbol tenía esa barrera psicológica que le impedía pasar de los cuartos de final en un gran torneo. Por suerte, ese bloqueo se logró romper en 2008 y, desde entonces, las cosas no han ido nada mal.
Todos los expertos apuntaban que este era el año de España. Antes del arranque de la cita parisina, la revista estadounidense Sports Illustrated, daba a España un total de 28 metales, y el diario francés L’Équipe, elevó esa cifra hasta los 32. Las estimaciones se basaban en las 29 medallas mundiales vigentes para los deportistas españoles. La cita era idónea. Con la representación más amplia e igualitaria de la historia (190 hombres y 193 mujeres), con la inversión económica más alta de todas, compitiendo al lado de casa y sin la participación de Rusia y Bielorrusia. Era el momento. Sin embargo, el final ha sido bien diferente: 18 medallas, 9 cuartos puestos y… 20 quintas posiciones.
En el deporte influyen muchos factos y España no ha sabido tener la mente fría a la hora de la verdad. En los deportes con eliminatoria, de las 15 semifinales disputadas por deportistas españoles solo se han ganado 5. Y en las finales, el resultado ha sido de 2 oros y 3 platas. En la lucha por el bronce, dejando de lado a Emmanuel Reyes Pla con su medalla asegurada y la renuncia por lesión de Carolina Marín, de 8 batallas, solo se han ganado 3. Aquí también habría que añadir las repescas por el bronce en judo y taekwondo, con 3 derrotas de 3 intentos. Milésimas por aquí, centésimas por allí, un penalti, un toque, un mal cálculo… Detalles que han conducido a la derrota. Sí, se podían haber sumado muchas más medallas. Suficientes como para superar las 22 de Barcelona. Pero la realidad muestra 18 y ese es el número que cuenta. Gustará más o menos, se podrá hablar de más o menos suerte, pero es el que quedará para los libros de historia.
❌ Los favoritismos han hecho más mal que bien
Antes de ir a París, todos hacíamos nuestras propias cuentas de medallas. «Superaremos las 22 medallas de Barcelona 92, estoy convencido», declaró el propio Alejandro Blanco, presidente del COE, antes de emprender el viaje a la capital de Francia. Dentro de las cábalas se tenían en cuenta deportes como el fútbol, el judo, el taekwondo y el piragüismo como una gran fuente de metales. El pronóstico se ha vuelto en contra. El piragüismo venía de ocho medallas en el Mundial de 2023 y solo consiguió dos bronces, mientras que en las artes marciales, la lucha y la esgrima, el balance ha sido de solo un bronce. En fútbol y waterpolo, una de cal y otra de arena. Oro en el fútbol masculino y waterpolo femenino y decepciones en el fútbol femenino y waterpolo masculino. Incluso Jon Rahm se cayó de las medallas tras liderar por cuatro golpes a falta de 8 hoyos. El caso contrario es el boxeo, con la plata de Ayoub Ghadfa y el bronce de Emmanuel Reyes Pla, y el atletismo, con los oros de Jordan Díaz en el triple salto y en la marcha mixta por relevos.
La cosecha de medallas de España contrasta con la de otros países que por demografía y recursos económicos tendrían que estar al nivel español. No es del todo bueno comparar, pero Países Bajos ha sumado 33 medallas e Italia, que se ha ido hasta las 39. Otro país como Hungría también ha triunfado más que España, con 19 preseas, 6 de ellas de oro. En su valoración de estos Juegos, Alejandro Blanco lanzó un guante al Gobierno español sobre la planificación deportiva y las ayudas públicas que recibe el deporte nacional. Según el presidente del COE, «todavía estamos muy lejos de otros países». Y visto lo visto, con los escándalos en la Real Federación Española de Fútbol, y con las idas y venidas en los altos cargos en el Consejo Superior de Deportes, hay mucho trabajo que hacer. Igual es el momento de excavar y sanar los bajos fondos del deporte español para que se pueda romper de una vez por todas esa montaña empinada que suponen las 22 medallas de Barcelona 92. Hoy empieza otra cuenta atrás. Otro ciclo olímpico de cuatro años que nos conducirá hasta Los Ángeles 2028. Allí se verá si España avanza o si sigue estancada como hasta ahora.