Champions League

El Atlético resiste en la guerra de golpes del Guiseppe Meazza

Noticias agridulces para el Atlético de Madrid, que salió derrotado por la mínima (1-0) en su visita a uno de los feudos más exigentes de Europa y aguantó el chaparrón final del subcampeón de la Champions, pero que vuelve con el equipo en cuadro. Diego Pablo Simeone realizó más de la mitad de los cambios por lesión, algo que también trastocó los planes de Simone Inzaghi. Aunque, en el caso del Inter, sirvió para que Marko Arnautović se reivindicara y decantase la contienda a cuarto de hora para la conclusión, tras un error de entendimiento entre Reinildo y De Paul. No sin que antes el veterano delantero austriaco desperdiciara otras dos ocasiones claras de gol.

El Atlético durmió al Inter de inicio…

De inicio, Inter y Atlético salieron sin grandes sorpresas en sus onces. Dibujos habituales y, por ende, espejo entre sí, ambos con carrileros y líneas de tres centrales, dentro de la particularidad de contar con zagueros expeditivos. La principal novedad en el Atlético fue la inclusión de Marcos Llorente como segundo delantero; la demarcación que cambió su carrera en aquel mítico partido en Anfield justo antes del confinamiento, y también la que ocupó el pasado sábado frente a Las Palmas. Acierto total del ‘Cholo’ tres días atrás, para presionar alto y dar profundidad al equipo, doblete incluido, que en el día de hoy cambió de manera notable.

Realmente, Llorente fue un cuarto centrocampista esta vez, para hacer al Atlético de Madrid más ancho en fase defensiva (1-5-4-1), pero no amenazó demasiado a la portería defendida por Yann Sommer entes del descanso. Ni él, ni un Antoine Griezmann más aislado que de costumbre arriba, sin tantas intervenciones entre líneas. El cuadro colchonero logró bajar pulsaciones al encuentro y hacer que no pasasen demasiadas cosas en las áreas, se puede decir que impuso su plan de partido durante la media hora inicial: encontró jugadas en torno a Koke para descansar mediante la posesión, frente a un Inter que priorizaba armar el bloque por detrás de la línea del balón, y además vivió lejos de Jan Oblak, por mucho que no robase demasiados balones en campo contrario. En parte, gracias a las buenas vigilancias y agresivos anticipos de sus centrales, especialmente de Axel Witsel.

Marko Arnautovic Inter Atlético

Marko Arnautović entró al descanso por la lesión de Marcus Thuram y fue decisivo en la victoria del Inter.

El belga ejemplifica bien lo que necesita el Atlético dadas sus limitaciones físicas en este punto de su carrera. Defender hacia delante, siempre y cuando se haga en un escenario controlado y sin que los centrocampistas rivales, y sus aventurados centrales con pelota, tengan tiempo y espacio para pensar y lanzar a sus compañeros. Lautaro Martínez y Marcus Thuram, que no necesitan demasiado para encontrar situaciones de peligro, estuvieron maniatados hasta que el equipo visitante comenzó a perder balones comprometidos y a exponer a unos centrales titulares (Witsel, Giménez y Hermoso) que no destacan por su defensa a campo abierto. Y, mucho menos, por su explosividad para corregir. Ese ida y vuelta desembocó en más ocasiones para los nerazzurri, insuficientes en todo caso para detectar la balanza en un primer acto igualado.

… pero el Inter agitó el partido a su favor

El segundo periodo comenzó en sintonía con el final del primero, con ocasiones para ambos bandos, dentro de lo accidentado en lo que a lesiones se refiere. Fueron las faltas, problemas musculares y carruseles de cambios lo que volvió a bajar el ritmo al encuentro entre el minuto 55 y el 70. Bocanada de oxígeno para un Atlético muy castigado a partir de entonces. Ambos tuvieron que mover ficha de manera obligada; Inzaghi para sustituir a Marcus Thuram por Marko Arnautović, y Simeone para hacer lo propio ante las bajas de Mario Hermoso y José María Giménez, reemplazados por Savić y Reinildo, además de dar entrada a Morata por Saúl Ñíguez y mover a Llorente al centro del campo. Como de costumbre, el internacional español ocupó hasta tres demarcaciones en el encuentro, muy sacrificadas, porque acabó en el lugar de Nahuel Molina con el posterior ingreso de Pablo Barrios, quien tampoco pudo juntar a los suyos desde la tenencia del cuero.

 

El Inter creció en los segundos 45 minutos al son de un gran Barella y, sobre todo, generó mucho más volumen de ocasiones. Le sentaron bien los cambios, Fratessi y Dumfries también dieron frescura para el contexto de presión y transiciones imperantes. El propio Arnautović estuvo implicado en todas ellas, una demostración más de que la complementariedad de la doble punta del equipo italiano trasciende a los nombres utilizados. Los locales generaron peligro de muchas formas diferentes, prueba de la riqueza táctica del cuadro de Inzaghi. Desde combinaciones rápidas entre sus delanteros en segundas jugadas, como la del gol; hasta salidas de balón ágiles con giros de juego de un costado a otro, pasando por los característicos centros laterales enroscados sin la necesidad de ganar línea de fondo.

El Atlético salió vivo en su visita al Guiseppe Meazza, pese a que también incrementó sus ocasiones con Morata en el campo. Ni el español, ni un Samuel Lino más profundo a la salida de vestuarios, ni Marcos Llorente en uno de sus desmarques de ruptura al espacio, marca de la casa, pudieron evitar otra portería a cero del líder de la Serie A. Vaso medio lleno en cuanto a resultado, dada la superioridad colchonera en el Metropolitano, que dictará sentencia dentro de tres semanas, ya sin el valor doble de los goles fuera de casa en la Champions. Medio vacío, porque Antoine Griezmann, mucho más apagado en el último mes y sin minutos el fin de semana por precaución ante su acumulación de minutos, terminó sustituido con más problemas físicos por Ángel Correa. Parte de guerra a un lado, es una derrota que invita al optimismo.

Ir al contenido