Real Madrid

Tchouaméni evita que el atasco del Madrid tenga consecuencias

Por mucho que el equipo de Javier Aguirre viniera de caer de una forma cruel en la final de la Copa del Rey, intuíamos que los locales plantarían cara. Y no nos equivocamos. El Mallorca, dentista de la liga, suele vender muy cara su piel, en casa especialmente, y esta vez no fue diferente. Sufrió el Real Madrid en su visita a Son Moix (0-1), ante un rival bastante sólido como de costumbre, pero rescató tres puntos gracias a un zapatazo de Aurélien Tchouaméni y a un par de paradas de mérito de Andriy Lunin. Fueron de menos a más los de Ancelotti, con rotaciones en un partido trampa, pensando en el partido del año del próximo miércoles de visita ante el Manchester City.

😴 Un Real Madrid muy plano

Sin Carvajal, Kroos, Camavinga, Vinícius y Rodrygo de inicio, los blancos mostraron una cara bastante espesa con balón ante el 1-5-4-1 en bloque medio con el que replegaban los locales. Pocos desmarques al espacio con Bellingham como segunda punta y con un Joselu desconectado de ‘9’, sin apenas desborde por fuera de parte de Valverde y Brahim Díaz, que fueron quienes ocuparon los costados del 1-4-4-2 de Ancelotti; y con una circulación menos fluida que de costumbre pese a que Luka hizo de Toni. Aun así, no tuvo problemas atrás el Real Madrid en el primer acto, más allá de una acción a balón parado en la que Lunin le sacó el cabezazo a Raíllo, tras un gran centro al segundo palo de Dani Rodríguez a la media hora de juego.

Al Mallorca, por su parte, le faltó amenaza con Vedat Muriqi como única referencia, pero Javier Aguirre se mostró conforme con el arranque de sus pupilos. El Real Madrid generó poco peligro y estrés a los bermellones, a pesar de tener más cuota de balón y de asentarse en campo contrario durante muchos tramos. Bellingham estuvo a punto de romper las tablas con un zurriagazo de media distancia que se estrelló en el travesaño apenas dos minutos después de la intervención del meta ucraniano.

🚀 Tchouaméni derribó el muro y el Madrid creció

Nada más volver del túnel de vestuarios, el joven jugador francés decantó la balanza, hoy como mediocentro con el regreso de Nacho Fernández al eje de la zaga junto a Rüdiger. La sorpresa estuvo en la suplencia de Éder Militão, quien nuevamente solo jugó el descuento en Son Moix para blindarse por vía aérea, y esta falta de rodaje le deja casi descartado para disputar la vuelta de los cuartos de final de Champions. De hecho, el capitán del Real Madrid estuvo muy solvente en defensa y fue clave al interceptar un disparo de Abdón Prats, recién ingresado ante el cariño de su gente poco después de que el Mallorca encajase el 0-1. Apenas necesitó un pase largo de Rajković el Mallorca para generar peligro en esa transición, prueba de lo dañino que resulta este equipo cuando cede la iniciativa.

Ancelotti Real Madrid Tchouaméni

Carlo Ancelotti igualó a Zinedine Zidane como el segundo entrenador con más partidos (183) del Real Madrid en la liga.

Brahim Díaz fue uno de los pocos que se salió del guion en un primer tiempo de ritmo bajo y rompió líneas en conducción pese a que esas acciones, demasiado individuales, terminasen en el limbo. Pudo ser más protagonista el malagueño en caso de haber aumentado la renta del conjunto blanco, pero marró la más clara del encuentro hasta ese momento, en un remate franco en el área pequeña después de una buena jugada colectiva iniciada por Luka Modrić que tapó Predrag Rajković. Pocos minutos después, fue Valverde, que no descansa ni aunque se lo mande el médico, quien recortó de forma brillante en el área, sentó al meta serbio y se disponía a celebrar ya el 0-2 cuando vio como Matija Nastasić le sacaba su remate sobre la línea.

El Real Madrid generó bastante más peligro en los segundos 45 minutos. Le quitó presión el gol de Tchouaméni y le sentó bien la salida de Vinícius Júnior, de nuevo lejos de anclarse en la banda izquierda. También tuvieron media hora de juego Camavinga y diez minutos Dani Carvajal, Ancelotti sabía que tenía que meter a todos los ganadores de duelos posibles para salvaguardar la ventaja. A Javier Aguirre no le quedó otra que arriesgar e hizo el cambio táctico inverso al que vimos hace una semana contra el Athletic Club. Pasó de 1-5-4-1 al 1-5-3-2, además de asumir más riesgos, adelantar líneas y hacer que el partido entrase en un ida y vuelta que, como cabría esperar, le vino mejor a los merengues. Acabó, incluso, con Larin, Muriqi y Abdón juntos; más Darder y Radonjić por detrás. Ya no había nada que proteger y sí algo que ganar.

Tuvo una última el Mallorca por medio del propio Sergi Darder a falta de un cuarto de hora para la conclusión, pero de nuevo Lunin apareció de forma providencial para negarle el gol al jugón mallorquín. Un misil lejano en una segunda jugada que tampoco pudo deshacer la portería a cero con la que terminaría el choque el Real Madrid, más líder, con 11 puntos de ventaja respecto al Barcelona a falta de ver qué hacen los de Xavi en su visita al Cádiz para cerrar esta jornada sabatina. El Mallorca, por su parte, dormirá decimoquinto, a seis puntos del descenso salvo que los mismos gaditanos den la sorpresa del día.
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